La crisis enseña. Y el coronavirus, a pesar del golpe económico, potenció a 500 grados para la experiencia de delivery, la cual nuevamente se activó con todos los protocolos de seguridad.
Quienes hemos disfrutado la carta de 500 grados quedamos igual de satisfechos con la experiencia en casa, aunque sin duda se extraña la atención, el compartir y el contemplar los hornos en pleno trabajo. Es cuestión de tiempo, y nos corresponde cuidarnos.
“Nuestros hornos nunca se han apagado” , dice Santiago Vidal, representante del restaurante, mientras nos muestra lo que más pide el público: sus exquisitas e incomparables pizzas, y el apoteósico Osobuco gigante. No se pierdan la torta de chocolate.
El restaurante está ubicado en el 1281 de la avenida Camino Real, en San Isidro.