Con el entusiasmo de siempre, Milagros Huamán Lú le pone buena cara a una situación crítica. Y Fausta, su pastelería casera, ya está lista para llegar a las casas de diversos puntos de nuestra ciudad con todas las medidas de seguridad. La atención es pulcra y los postres son en una sola palabra: exquisitos.
En Fausta se encuentra una épica torta de chocolate, limones rellenos, guargüeros de la abuela y alfajores con manjar blanco casero, galletas de avena y una infinidad de postres que mantienen un equilibrado dulce y una extraordinaria presentación.
La pastelería casera es el homenaje a su bisabuela paterna llamada Fausta Abal Luciano, quien era una mujer que preparaba dulces y panes tradicionales huanuqueños y después junto a su esposo, Silvino Trujillo, los vendía en la Carretera Central, a los pasajeros que transitaban de Cerro de Pasco a Tingo María en la localidad de Ambo, a 25 kilómetros de Huánuco. Y Milagros Huamán Lú, en una aventura más que dulce, ha rescatado los consejos y trucos de la mamá grande de la familia para presentar una de las mejores propuestas pasteleras de la ciudad.
Este emprendimiento se la juega por el Perú. “Tenemos que seguir haciendo patria”, dice Mila, quien seguirá adelante a pesar de los obstáculos generados por la pandemia.
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