Energía, alegría, independencia y sofisticación es lo que expresa Ana María Guiulfo en el diseño de cada una de sus prendas. La empresaria y diseñadora de modas asegura que no importa la época del año en la que esté, el color siempre será su arma predilecta.

Fue una niña tímida que amaba el arte, en especial el dibujo; pero a los 14 años superó su miedo a las personas y cambió por completo. Por eso, la diseñadora considera que “las cosas se dan cuando deben darse. Hay que luchar por ellas, pero sin forzar las cosas”.

El arte siempre estuvo en su vida, sin embargo estudió administración. Y como el río siempre vuelve a su cauce, el arte volvió a su vida y se convirtió en una exitosa diseñadora de modas.

“Mi papá se hubiese muerto si estudiaba arte, por eso estudié administración. Por trabajo viajaba constantemente a Europa y casi todos mis amigos estaban metidos en moda. Un día me pregunte: ¿esto es lo que quiero para mí?. Entonces lo dejé todo y empecé mi camino en la moda”, detalla Ana.

Se mudó a Miami, en Estados Unidos, y fue el diseñador peruano Julian Chang quien le abrió las puertas del mundo de la moda. Así terminó siendo una de las cinco mejores diseñadoras de la ciudad.

Ana María asegura que la moda en el Perú está evolucionando y a este proceso ha sumado la creación de la Semana de la Moda de Lima (LIF Week), así como el festival Perú Moda.

Su ambición como diseñadora es que su ropa y la de sus colegas puedan llegar a más personas. “Quisiera que el diseño en el Perú sea más democrático, que la gente esté más en contacto con el diseñador. Yo quiero democratizar mis diseños y llegar a más gente”.

El corazón de Ana no solo vive para el arte y la moda, también para dar amor y ayuda a los niños del colegio Fe y Alegría, a través de su fundación Aprendamos Juntos, mediante la que ha fortalecido la educación de más de 14 mil niños y ha capacitado a más de 50 mil padres de familia y 21 mil docentes.

Ana María admite que las mujeres necesitamos más libertad a la hora de elegir lo que usamos; sin embargo, advierte que debemos elegir bien dónde usamos esa ropa.

“Hay un lugar para todo, para la minifalda y el superescote... Es preocupante lo que pasa (con el machismo). Necesitamos que las mujeres se expresen con más libertad, pero eso no significa que voy a salir desnuda a la calle, sino más libertad para sentirse más bonita”, puntualiza.

Dato

“Sean ustedes mismas, no se dejen llevar por cosas externas, comuníquense con su interior y luchen por lo que quieren”, dice Ana María Guiulfo.