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Más de 4 meses de incertidumbre.
Diana Pezo Fernández de 35 y Lindón Berges Cachique de 33 años, naturales de Iquitos, llevan cuatro meses viviendo una pesadilla. Con el diagnóstico dado por los especialistas del Hospital del Niño, el pequeño Ángel sufre de cardiopatía congénita que lo mantiene entubado, esperando el ingreso a la Unidad de Cuidados Intensivos. Haciendo guardia, junto a otros padres de familia que acampan fuera del nosocomio, Diana y Lindón esperan la llegada de alguna noticia que les pueda llenar de esperanza. Foto / Julio Reaño / @photo.gec
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Red de Ayuda .
Sin tener muchos conocimientos de la utilidad de las redes sociales, algunos sobrinos de la familia Berges Pezo ayudaron a hacer viral la historia del pequeño Angelito en Iquitos, llamando la atención de algunos congresistas que ayudaron para el traslado aéreo e internamiento de emergencia del menor Berges Pezo. Foto / Julio Reaño / @photo.gec
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Sacando la vuelta.
Lindón en la necesidad de conseguir trabajo, limpia y cuida carros que se estacionan a los alrededores del hospital del Niño, en el distrito de Breña. Algunos inescrupulosos no le permiten trabajar con el argumento de que ese lugar es "su equina”. Foto / Julio Reaño / @photo.gec
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Recetas y Correteos .
Entre Diana o Lindón se turnan la guardia diaria. Muy atentos esperan la llamada de los médicos de turno para llevar alguna medicina o pañales para el cuidado de su menor hijo Ángel, diagnosticado con cardiopatía congénita. Foto / Julio Reaño / @photo.gec
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Pesadilla sin Despertar .
Cuando Lindón sale a buscar trabajos en la mañana, Diana se queda en la carpa donde espera pacientemente la llamada de los doctores que la hacen ingresar a los interiores del hospital para ver al pequeño Angelito, cada día las noticias no son esperanzadoras y las lágrimas son recurrentes. ¨Desde el nacimiento de mi bebé todo es muy pesado, no queremos perder la esperanza de su recuperación, pero estamos esperando la decisión final, la voluntad de Dios”, menciona Diana al salir de ver a su menor hijo en el hospital. Foto / Julio Reaño / @photo.gec
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Los días y las sombras.
Han pasado más de tres meses y los esposos Berges Pozo viven fuera de las instalaciones del Hospital del Niño, en el distrito de Breña. Esperan alguna llamada de esperanza de parte del cuerpo médico que cuida su hijo Ángel, diagnosticado con cardiopatía congénita. Foto / Julio Reaño / @photo.gec
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Jamás Cruzado de Brazos .
Todas las mañanas Lindón Berges sale a caminar por la gran ciudad y sin conocerla muy bien busca trabajo para poder mantener a su hijo. ¨Tengo que ver dónde saco dinero para las medicinas de Angelito, y también para mis demás hijos que están con mis familiares en Iquitos”. Foto / Julio Reaño / @photo.gec
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Esperando Volver.
Diana habla que lo más triste de este tiempo en el campamento ha sido pasar fiestas de fin de año lejos de sus otros hijos. La familia está separada, pero es por la necesidad de estar cerca al menor Angelito y seguir luchando con él. Foto / Julio Reaño / @photo.gec
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Desesperados .
Lastimosamente con la difícil situación que carga la familia llegar a la tranquilidad es utópico. Se puede reflejar en las uñas de Diana mordidas por ella misma para matar la ansiedad diaria. Foto / Julio Reaño / @photo.gec
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Suministros .
Lindón carga agua desde el grifo para poder desinfectar o limpiar algunos objetos de uso diario, mas no es para el consumo porque no tienen donde poder hervir el agua. Foto / Julio Reaño / @photo.gec
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Campamento .
Pasando las días y noches en una carpa prestada junto a otros padres con hijos internados en el hospital del niño, los días se han vuelto largos y tristes. El campamento recibe el apoyo de algún transeúnte o vecino que les da alimento o los apoya con algunas cosas para pasar las frías noches limeñas. El refugio recomendado del hospital tiene un costo de 10 soles diarios y algunos padres de familia de los internos están en el campamento más de 5 meses. Foto / Julio Reaño / @photo.gec
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Largas Noches.
Un beso en la carpa para dormir. Los esposos Berges Pozo han pasado más de tres meses viviendo en las afuera del Hospital del Niño, junto a otros padres de familia con historias similares en un campamento de carpas prestadas. Foto / Julio Reaño / @photo.gec