Su melena rubia, labios carnosos y su sensual voz un tanto rasgada hicieron que Scarlett Johansson se convirtiera en una de las sex symbols y actrices más demandadas de su generación gracias a la aclamada Lost in Translation.
Más de una década después, la musa de Woody Allen, coronada "mujer más atractiva del mundo", cumplió 30 años. Sin embargo, a ella no le preocupa su edad, según contó recientemente en una entrevista con The Wall Street Journal.
"No voy a ser más esa chica naif. Está bien tener glamour, pero no quiero tener que ser siempre 'trendy' ni objeto de deseo".
Y lo cierto es que la actriz nunca se ha confiado en su belleza, sino que a lo largo de su carrera demuestra con papeles ambiciosos y también algún desacierto que lo que le importa es su trabajo.
Revisa acá algunos datos de esta irresistible musa de Hollywood.