Redacción PERÚ21

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Por Jaime Cabrera

Es un maestro de la narración y uno de nuestros más grandes escritores vivos. En esta entrevista reivindica a la literatura light y la diferencia de lo que él llama "literatura basura". Recuerda también su experiencia más conmovedora en un colegio cuando fue invitado a leer un cuento de su clásico libro Los inocentes. Aquí Reynoso y el goce de la palabra.

Su cabellera blanca resalta en la semipenumbra que domina la pequeña sala de su departamento. No es que sus cabellos brillen sino que los pocos rayos de luz que ingresan caen sobre el lugar donde está sentado. Son casi las nueve de la mañana y me doy cuenta que acabo de interrumpir su desayuno. Luego de abrir la puerta me saluda y mastica apresuradamente un pedazo de pan. Una vez adentro veo sobre la mesa que reposan una taza de leche, un depósito de mantequilla natural quién sabe si arequipeña y un periódico abierto en una de sus páginas interiores. Oswaldo Reynoso nos concede una entrevista y procuro estar a la altura.

Siempre le han preguntado desde qué edad empezó a escribir y usted no precisa un momento exacto. ¿Realmente no recuerda cuándo escribió sus primeros textos?No. He asistido a muchos congresos de escritores y en los testimonios estos dicen que a los nueve años ya habían leído El Quijote, que a los 12 años ya habían escrito a una novela. Y en cada evento cambian de historia (sonríe). Si me dicen a mí en qué momento empecé a escribir, yo de verdad no lo sé, no recuerdo. Pero como el público de los congresos me pide que les responda, yo tengo como diez cuentos sobre el momento en que empecé a escribir y cuando veo al auditorio escojo la mejor historia (sonríe con más ganas).

¿Desde qué edad empezó a leer?No tengo idea.

¿Y qué empezó a leer primero cuentos o poesía?Mi padre era un gran lector y en la casa había una buena biblioteca y como la lectura es un contagio, no una imposición, en mi casa todo el mundo leía. Por otra parte, la biblioteca municipal de Arequipa estaba muy bien dotada, y el director era un gran poeta, César Atahualpa Rodríguez. Y como había un tren que partía de Mollendo hacia Buenos Aires llegaban libros a Arequipa antes que a Lima. Y es así que nació mi afición por la lectura.

¿Y es allí que tuvo su primer acercamiento a los poetas franceses Rimbaud y Baudelaire?Sí, porque en la biblioteca municipal y en mi casa existían traducciones buenas sobre estos poetas.

A los 15 años de edad intuía que quería dedicarse a la docencia y a la creación, ¿Por qué tuvo esa corazonada?No sé (mueve la cabeza de un lado a otro). A mí me gustaba enseñar porque cuando estaba en el colegio muchos de mis compañeros se acercaban para estudiar conmigo. Lo primero que escribí fue prosa y luego al mismo tiempo escribía poesía. Lo que publiqué cuando era adolescente y joven era poesía. Mis cuentos los tenía muy bien guardados porque, al revés de lo que la gente cree, yo creía que en mis cuentos estaba toda mi personalidad y en mi poesía no.

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