Sus inicios en el teatro se dieron en su natal Argentina y también en Italia, a donde viajó por estudios, pero Osvaldo Cattone llevó a otro nivel su compromiso con el teatro en Perú, donde también fue el responsable de la dirección del simbólico y reconocido Teatro Marsano.
Inocencio Osvaldo Cattone Ripamonti o simplemente Osvaldo Cattone, estuvo a cargo de la gestión de más de 70 piezas teatrales. Su fervor por el teatro nació en Buenos Aires, donde estudió Literatura, luego en 1954 se trasladó a Italia y logró egresar de la reconocida Academia Nacional de Arte Dramático Silvio D’Amico y finalmente retornó a Argentina cinco años después.
Su debut como director de teatro se dio con la obra “La inocente” en 1952. Luego llegarían obras como “Los ojos llenos de amor”, “Las Mariposas son libres”, “Aleluya, Aleluya” con la que inició su labor en el Teatro Marsano, “Otelo”, “El hombre de La Mancha”, “Doña Rosita la soltera”, “Historia del zoo”, “Reina por un día”
Después seguirían “Hijos de un dios menor”, “El diluvio que viene”, “Los árboles mueren de pie”, “Cattone de pinta a punta”, “Annie”, “Panorama desde el puente”, “Un don Juan en el infierno”, “Los monólogos de la vagina”, “Cabaret”, “Un chico en mi clóset”, “Querido mentiroso”, “El té de las 5”, y muchas otras más.
Como actor, su trayectoria también es considerablemente amplia. Cattone protagonizó y participó en “Romeo y Julieta”, “Lysistrata”, “La anciana dama”, “Las mariposas son libres”, “No hay edad para el amor”, “Una chica en mi sopa”, “Otelo”, “El hombre de La Mancha”, “Hijos de un dios menor”, “El diluvio que viene”, “Annie”, “Matrimonio a la peruana”, “Dos por uno, negociemos”, “Duelo de ángeles”, “Querido mentiroso”.
Siguieron otras como “Justo en lo mejor de mi vida”. En 2017 expuso la obra “El padre”, en el teatro La Plaza, una de las más aclamadas por el público peruano. En 2019, Cattone estrenó una nueva temporada de la obra en la que da vida a André, un anciano que padece de Alzheimer y vive en carne propia las consecuencias de su enfermedad y cómo estas afectan a él y a su familia.
En la pantalla chica, Cattone viajo a Perú para co-protagonizar la telenovela “Me llaman Gorrión” en 1973 junto a su gran compañera Regina Alcóver, quedándose a vivir en Lima; además de participar en otras telenovelas como “Así amaban lo héroes”, “Nino” y “Carola y Carolina”. También integró el jurado de los programas televisivos “Habacilar” y “Desafío y Fama”. Además tuvo un programa de entrevistas, llamado “Comiendo con Cattone” entre 1981 y 1982.
Cattone nunca se dio por vencido a pesar de la zozobra por las épocas difíciles, entregó desde su Teatro Marsano obras que divertían, pero que invitaban al análisis, a la meditación, descubriendo además, nuevos talentos. Precisamente junto a Regina, Osvaldo conformó una de las parejas más queridas y encantadoras del teatro peruano. Más que colegas de arte, Regina y Osvaldo fueron grandes amigos cuyo cariño se consolidó a partir de la actuación y trascendió en el tiempo.
Osvaldo Cattone fue siempre un gran actor de la escena cultural y obstinado lector, viajaba constantemente en busca de novedades literarias y teatrales. La mañana del 8 de febrero del año pasado, la actriz y locutora Regina Alcover a través de su programa radial, anunciaba la muerte del destacado actor, director y productor de teatro argentino, radicado en Perú desde mediados de los años 70
Osvaldo dejaba a su incondicional Chalo Gambino, su socio y gran amigo, que lo asistió en sus más atrevidas aventuras teatrales. Maki Arana, quedó como responsable del Teatro Marsano, la sede central de todas aquellas ilusiones, aparentemente imposibles en una realidad difícil, pero que Osvaldo, su querido e incansable hacedor hizo magia para transformarlos en realidad. Hasta siempre, maestro Osvaldo.