Quincy Jones, uno de los gigantes de la música y el entretenimiento en Estados Unidos, falleció a los 91 años en su hogar en Bel Air, Los Ángeles. Su publicista, Arnold Robinson, informó que Jones murió el domingo por la noche rodeado de sus seres queridos.
Ocupará el cargo hasta el retorno de Rafael Muente, quien fue suspendido por 365 días sin goce de haber.
La familia emitió un emotivo comunicado en el que expresó: “Esta noche, con el corazón lleno, pero destrozado, debemos compartir la noticia del fallecimiento de nuestro padre y hermano Quincy Jones (…) Celebramos la gran vida que vivió y sabemos que nunca habrá otro como él”.
Jones, quien forjó una carrera que abarca más de seis décadas, fue una figura influyente en la música, el cine y la televisión. Desde sus comienzos en el lado sur de Chicago, donde se enfrentó a la violencia de las pandillas, hasta convertirse en uno de los primeros ejecutivos negros en triunfar en Hollywood, Jones rompió barreras y dejó un legado incomparable. Su catálogo musical, que abarca desde el jazz y el soul hasta el pop, fue parte fundamental de la cultura estadounidense, y su influencia se extendió a nivel mundial.
Su legado en el Pop
Quincy Jones, conocido cariñosamente como "Q" en el mundo del entretenimiento, dejó un legado en la música. A lo largo de su carrera, Jones transformó el panorama de la música pop, acumulando 27 premios Grammy, seis de ellos por su álbum Back on the Block de 1990, y siendo reconocido tres veces como productor del año. Aunque su formación inicial fue en el jazz, donde se destacó como trompetista y pianista, Jones se convirtió en una figura indispensable de la música popular moderna.
Entre sus hitos musicales más notables se encuentra Black Requiem, una obra sinfónica estrenada por la Orquesta Sinfónica de Houston junto a un coro de 80 voces, con Ray Charles como solista. Su genio quedó también plasmado en la producción de Thriller y Bad, los icónicos discos de Michael Jackson que rompieron récords y marcaron un antes y un después en la historia de la música.
Durante la década de los 80, Jones consolidó su papel como productor de grandes estrellas, colaborando con amigos y leyendas como Michael Jackson, Chaka Khan, James Ingram, Patti Austin, Frank Sinatra y Donna Summer. Su talento también lo llevó a trabajar en cine, componiendo la banda sonora de El color púrpura, la célebre película de Steven Spielberg, cuya música le valió a Jones elogios de la crítica y el público.
En 1985, el nombre de Jones resonó aún más cuando encabezó la producción de We Are the World, un proyecto benéfico monumental para USA for Africa, en el que reunió a las voces más célebres de la industria con el fin de recaudar fondos para combatir la hambruna en África. La canción, interpretada por artistas como Stevie Wonder, Tina Turner y Bruce Springsteen, se convirtió en un himno de solidaridad mundial y destacó el compromiso de Jones no solo con la música, sino también con causas sociales.
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