No hubo nada que pretender. , y Delta Venus –la segunda ya experimentada en suelo nacional– demostraron y no dejaron duda de la intensidad del synth pop contemporáneo, impregnando la psicodelia en cada una de las personas que acudieron a verlos al Parque de la Exposición.

La noche del martes, las tres agrupaciones , entre nacionales y extranjeros. La velada comenzó a partir de las 8:30 p.m. con la presentación de los argentinos de Delta Venus, en quienes se evidenció una gran influencia de las bandas a las que anticiparon: MGMT y The Drums.

Una banda que comenzó, por decirlo de algún modo, con el pie derecho, ya que su epónimo álbum debut fue producido por Will Berman, baterista de MGMT, quien también colaboró con la percusión en algunas de las canciones del disco.

Tras una demostración de madurez pese a ser una banda nueva, los liderados por Diego Barreiro dejaron el escenario para dar pase a The Drums, esperados desde 2012, año en el que dieron un espectacular concierto en nuestra capital.

Los de Nueva York pisaron suelo nacional con su nueva producción, Encyclopedia (2014), —que ha recibido un buen recibimiento por parte de la crítica—, de la cual resaltan temas como I Can't Pretend, Kiss Me Again, I Hope Time Doesn't Change Him, entre otros. Sin embargo, no faltaron los clásicos que hicieron rememorar aquel show que dejó a un público capitalino pidiendo más: Me And The Moon, Best Friend, Book of Stories y Down By The Water. Con esta última cerraron su presentación, sin antes dejar el mensaje de una próxima visita que, no cabe duda, se concretará.

Con The Drums fuera de escena, todo quedaba listo para recibir a MGMT. Al promediar las 11 p.m., Andrew VanWyngarden, vocalista de la banda, pisaba la tarima para dar inicio a la psicodelia por más de una hora. Interpretando canciones con sus versiones extendidas, los estadounidenses se llevaron más de una ovación de sus seguidores, quienes no tenían reparo en 'maldecir' la genialidad de la banda.

Los picos de la noche llegaron con The Youth, Time To Pretend, Mystery Disease, Electric Feel y Kids. A pesar de que el público limeño es tan incierto anímicamente en algunas ocasiones, esta vez fue cautivado por el frenetismo, la fuerza del sonido, la energía y el viaje cósmico que dio MGMT.

El festival que se vivió anoche en el , que, por cierto, debería tener una segunda edición y llevar nombre propio, comprobó que la escena musical independiente tiene un gran potencial en nuestro país, y que las apuestas por traer a bandas arriesgadas (desde clásicas como My Bloody Valentine hasta algunas más en auge como Arcade Fire), deberían continuar y no decaer, más aún luego de una gran demostración como la de MGMT, The Drums y Delta Venus. Una noche para recordar.

Por Carolina Moreno (smoreno@peru21.com)