“Una mujer rubia se me acercó de la nada y me dijo: ‘Soy Marla y amo a tu marido. ¿Tú le quieres?’, según relató en uno de los episodios.
“Una mujer rubia se me acercó de la nada y me dijo: ‘Soy Marla y amo a tu marido. ¿Tú le quieres?’, según relató en uno de los episodios.

e estuvieron casados desde 1977, contrajeron matrimonio ocho meses después de conocerse en un club de , hasta 1992, una relación de la que nacieron los tres hijos mayores del expresidente de Estados Unidos: Donald, Ivanka y Eric.

Ambos protagonizaron un duro y millonario divorcio, aunque desde hacía años hicieron gala de llevarse bien. Incluso el exmandatario le ofreció a su primera esposa ser la embajadora de Estados Unidos en la República Checa, puesto que era su país de origen, pero ella lo rechazó, según contó años atrás en una entrevista para la cadena estadounidense CBS.

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Cuando su exmarido no había cumplido ni un año como presidente de Estados Unidos, Ivana Trump publicó el libro ‘Raising Trump’ (Criando a los Trump, en castellano), en el que habla de cómo fue educar a sus tres hijos. Y después de haber adquirido protagonismo tanto en la empresa familiar como en la Administración estadounidense, le quitó méritos en el proceso al magnate neoyorquino.

Sin embargo, esa no fue la primera vez que Ivana Trump se puso a escribir sobre su vida, ya que en su haber cuenta con tres novelas y un libro de autoayuda.

En las páginas de ‘Raising Trump’, que se publicó en 2017, ella se definió como una “madre leona” y aseguró que fue quién enseñó a sus hijos “las lecciones más importantes de la vida: la lealtad, la honestidad, la integridad y la unidad”.

Donald Trump e Ivana Trump en el U.S. Open de Nueva York en 1997. Foto AP
Donald Trump e Ivana Trump en el U.S. Open de Nueva York en 1997. Foto AP

Comienzos de un amor

Ivana conoció al empresario una noche en Nueva York, cuando el joven Trump, que por entonces ya era un magnate con una basta fortuna a sus espaldas, se encontraba cenando con unos amigos en un restaurante de Manhatann y se acercó a Ivana intentando cortejarla e impresionarla.

Al poco tiempo abandonó a sus acompañantes, pagó la factura y se marchó con ella de vuelta a su hotel en un Cadillac gigante. Suficiente para impresionar a una joven que se había criado bajo el telón de acero y llegaba a Estados Unidos deseosa de cumplir todos sus sueños.

El divorcio fue un negocio para Trump

Tras años de un matrimonio fructífero del que nacieron tres hijos, la relación toco fondo con la aparición de Marla Maple, una joven modelo y concursante en certámenes de belleza. En 1983, Maple ganó el concurso Miss Resaca Beach Poster Girl, en 1984 fue finalista de Miss Georgia USA y en 1985 ganó Miss Hawaiian Tropic.

En diciembre de 1989, Ivana concibió la idea de una separación, a raíz de la aparición de Marla Maple, según relató en uno de los episodios de su libro: “Una mujer rubia se me acercó de la nada y me dijo: ‘Soy Marla y amo a tu marido. ¿Tú le quieres?’. Le dije: ‘Piérdete. Yo quiero a mi marido’. Fue vulgar, pero estaba en shock”, escribió.

Un año después, Marla Maples hablaba de la infidelidad del magnate neoyorquino en una entrevista en el New York Post titulada ‘El mejor sexo que he tenido nunca’.

Finalmente, el divorcio se firmó en 1992. Para ello se desarrolló una separación millonaria que fue muy dura tanto para Ivana como para sus hijos, ya que Trump no tuvo piedad. “Se tomó el divorcio como si fuera un negocio y él no podía perder, tenía que ganar”.

Uno de los que salieron perdiendo con este divorcio fue Donald Jr., quien se vio envuelto personalmente en la disputa. El magnate llamó al niño a su despacho, donde estuvieron conversando durante 20 minutos, y poco tiempo después Trump salió de la oficina y le dijo a Ivana: “Eres una mala madre. Me voy a quedar con Donald Jr.”.

Sin embargo, aunque en ese momento estaba furiosa, mantuvo la cabeza fría y le contestó: “Quédate con él, tengo dos hijos más que criar”. Una estrategia que le salió bien, ya que a los diez minutos el niño volvía a sus brazos en el ático de la Torre Trump. “Sabía que Donald no sabría qué hacer con él. Fue doloroso, pero no podía dejarme intimidar”, comenta.

La familia se rompió cuando Marla Maples se metió de por medio. “Esa mujer, a sabiendas, entró en la relación que tenía con mi esposo, el padre de tres niños pequeños, trabajó activamente para humillarme en los medios de comunicación e indirectamente para poner a mis hijos en riesgo durante meses”, afirma en su libro.

Al poco tiempo que esto ocurriera, se supo que Marla Maple estaba embarazada de la cuarta hija de Trump, Tiffany. Esta noticia decantó la balanza y obligó al magnate a casarse con Maple en 1993 porque “todo el mundo estaba observando y no importaba si realmente estaba enamorado de ella”.

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