Redacción PERÚ21

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La estrella de ”, , tuvo un veloz ascenso a la fama con el éxito de la serie, pero durante los inicios de la serie, le detectaron unos aneurismas que pusieron en riesgo su vida.

Emilia Clarke compartió su historia con “The New Yorker” y dijo que en febrero de 2001, poco después de finalizar el rodaje de la primera temporada de "Game of Thrones", ella sintió un fuerte dolor de cabeza durante un entrenamiento en el gimnasio y automáticamente fue trasladada a un hospital.

Emilia Clarke fue diagnosticada con aneurisma (crecimiento arterial anormal) en el cerebro, por lo cual fue operada de emergencia.

Emilia Clarke pasó varios días en el hospital y posteriormente recuperándose, pero durante una evaluación ella no pudo recordar su nombre, por lo cual fue enviada nuevamente a cuidados intensivos.

Emilia Clarke finalmente salió del hospital y continuó con sus actividades, incluyendo su participación en “Game of Thrones”.

Sin embargo, tras la filmación de la tercera temporada de la aclamada serie, los médicos durante un chequeo médico le diagnosticaron un segundo aneurisma; Emilia Clarke se sometió a operación, pero esta llevó a cabo sin éxito.

“Tuve una hemorragia masiva y los médicos dejaron en claro que mis posibilidades de sobrevivir eran precarias si no volvían a operar. Esta vez necesitaban acceder a mi cerebro de la manera tradicional. Y la operación tuvo que ocurrir de inmediato”, señaló Emilia Clarke.

La actriz de "Game of Thrones" volvió a operarse y mejoró progresivamente. Ella aseguró que tuvo mucha suerte, ya que muchas personas no sobreviven a la ruptura de un aneurisma.

A raíz de su experiencia, Emilia Clarke creó una organización benéfica llamada SameYou, la cual recauda fondos para personas que se recuperan de lesiones cerebrales y accidentes cerebrovasculares.