Redacción PERÚ21

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 afirmaba que sus prendas eran un homenaje a la "fabulosidad". Para él, cada  uno de sus trabajos debía potenciar la belleza de la mujer, hacerla lucir en medio del resto, es decir, brillar. "Nunca es mucho", decía el diseñador peruano, que falleció hoy en Trujillo, a los 38 años de edad. 

Para él todo giraba en torno a la elegancia. Su atelier, 'Casa Privat', lleva más de una década en el mercado peruano. Su distintivo es un leopardo dorado. Privat hacía prendas para coleccionarlas: enterizos, vestidos, faldas y blusas con descargas de 'animal print', eran un sello particular de su exclusiva firma.

Puso fuerza al encaje, a la lycra y al algodón, a los diseños triangulares acompañados de brillos: piezas apropiadas para una mujer fuerte que lo que quiere, lo obtiene. "La mujer peruana es así, fuerte, entonces hay que utilizar esa virtud", sostenía. 

Marcó tendencia en el mundo de la moda nacional e internacional por la mezcla de prints, la camisa blanca icono de la casa, las faldas a todo estampado, las salidas de playa con telas que simulaban la piel de un leopardo y los vestidos camiseros.

"Mi marca —decía— tiene muchas frases que hacen referencia a la maldad y el poder. Yo me considero cholo. Totalmente. Debo ser siete razas". ¿Y a quiénes vestía Privat? Entre sus clientes famosas, figuran , Denisse Dibós,, Josetty Hurtado y Maricarmen Marín.

Con su sorpresiva partida, el mundo de la moda se ha vestido de negro. 

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