Algunos sostienen que la civilización apareció con el descubrimiento del fuego; otros, con la agricultura, cuando el hombre dejó de ser nómade. Pero hay quienes sostienen –que son los que nos gustan– que el hombre se hizo tal cuando empezó a contar historias, cuando le dio coherencia a sus palabras.
Porque el sonido de las palabras embruja, atrapa, obnubila, libera. Porque esta capacidad de construir relatos nos aleja de nuestra condición animal y nos sensibiliza. Por eso, la función de los narradores orales en las primeras sociedades organizadas fue fundamental en términos de cohesión social y hasta política.
Con la aparición de la escritura, esta capacidad se amplió, pero felizmente el arte de narrar a viva voz nunca desapareció *Y como una manera de celebrar a la palabra nace el festival de narración oral Déjame que te cuente, que este martes se inaugura en el CCPUCP.
VIVIR PARA NARRARDurante cinco días, las salas del Centro Cultural de la Universidad Católica acogerán a narradores provenientes de España, Cuba, Colombia, Argentina y algunas de nuestras provincias. Destaca la presencia de personajes fundamentales dentro del arte de seducir mediante la voz:
Hay que señalar que el pintor uitoto (y loretano) Rember Yahuarcani también participa del evento, en el que dará cuenta de las historias de su pueblo —y que le contaba su abuela— y de sus habilidades como ilustrador.
Desde Ayacucho llega Gary Aranda, músico y narrador que ha dedicado sus últimos años a recopilar las tradiciones orales de su tierra.
Y cómo no mencionar a Ángela Zignano, antropóloga y narradora que este martes 21 a las 8 p.m. inaugura el festival. Asiste, déjate contar, déjate seducir, déjate liberar. Así de poderosa es la palabra.
¿SABÍAS QUE…?