Mural de David Bowie en Brixton, London.
Mural de David Bowie en Brixton, London.

Redacción PERÚ21

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Sorprendente hasta el final, se despidió con Blackstar, un álbum sombrío que experimenta con el jazz, publicado a los 69 años dos días antes de su muerte.

Hace tres años, Bowie ya había elegido la fecha de su cumpleaños para romper una sequía musical de casi una década con la canción Where Are We Now?, un tema melancólico lleno de referencias a su etapa berlinesa.

Dos meses más tarde, un nuevo álbum con acentos de rock y melodías accesibles, The Next Day, confirmaba el regreso del influyente artista, silencioso desde hacía años pero celebrado en una gran exposición itinerante que recibió más de un millón de visitantes en varias ciudades.

Canción para una serie de televisión, comedia musical, apariciones estelares como en el último álbum de The Arcade Fire: Bowie parecía no querer parar, como en sus venturosos años 1970 en los que multiplicaba los disfraces y los personajes, y dictaba las modas.

Blackstar, que lleva en la tapa una enigmática estrella negra de cinco puntas, incurre en el jazz, con batería y saxo compartiendo protagonismo con la inconfundible voz de David Bowie, a veces suave, otras más grave.

ECOS DEL PASADOCon Blackstar, la idea no era tanto hacer un disco de jazz como "grabar un álbum de David Bowie con músicos de jazz que no tocaran necesariamente jazz", explicó recientemente a la radio pública estadounidense NPR Tony Visconti, el productor de Bowie.

A finales de 2014, los temas Sue (Or In A Season Of Crime) y 'Tis A Pity She Was A Whore anunciaron este giro hacia el jazz. Ambos figuran, en versiones rock-jazz, entre los siete que componen el álbum.

Los admiradores de David Bowie también pudieron descubrir hace unas semanas la canción que da el título, Blackstar, y que acompaña los créditos de la serie de televisión policial francobritánica The Last Panthers.

Este tema introductorio da el tono del disco con su letra sombría ("En el día de la ejecución/Sólo las mujeres se arrodillan y sonríen") y sus variadas referencias, que van del free jazz a los sonidos orientales pasando por aires de misa negra.

Flota así en la introducción de Lazarus un perfume de rock "cold wave" de los años 80, algunos ecos de hip hop en Girl Loves Me y una bella guitarra melódica en el título final, I Can't Give You Everything (No puedo darte todo).

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