El año pasado, Selena Gomez vivió uno de los momentos más duros de su vida, cuando se sometió a un trasplante de riñón para superar el Lupus.
La donante fue su mejor amiga, Francia Raisa, quien en un acto de desprendimiento ofreció uno de sus órganos para garantizar la salud de la famosa cantante.
La imagen de ambas tomadas de la mano en el quirófano dio la vuelta al mundo y generó una ola de admiración hacia la actriz, quien recientemente reapareció y contó los difíciles momentos que vivió después de la operación.
"Nos dijeron que iba a ser muy duro, pero que la receptora del órgano se recuperaría bastante más rápido que la donante, ya que ella iba a ganar algo que necesitaba mientras que, en mi caso, iba a perder algo importante", afirmó Raisa para la campaña SELF.
"La verdad es que fue muy duro, tanto Selena como yo sufrimos una profunda depresión", reveló la actriz, quien ya se encuentra recuperada y lleva orgullosa la cicatriz de la operación que le salvó la vida a su amiga.