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Redacción PERÚ21

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Se aprovecha un 'regalo de Dios'. Y es que las castañas (también llamadas nueces del Brasil) no necesitan ser cultivadas. Se recolectan de árboles que pueden tener más de mil años de antigüedad.

En nuestro país, las zonas de recolección se ubican en las selvas de Madre de Dios y en Cusco.

Las compañías exportadoras se encargan de procesar el fruto para enviarlo en forma natural, como snack, o como insumo para elaborar galletas y pasteles.

Gracias a sus propiedades hidratantes, las castañas son apreciadas además en la industria cosmética, pues son la base de diversas cremas para la piel.

La buena calidad del fruto ha permitido que su exportación crezca cada año.

En el primer semestre de 2012, el monto de los envíos aumentó 11% y totalizó US$9 millones, según cifras de la Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo (Promperú).

MERCADO EN AUMENTOAl respecto, Arturo Zevallos, coordinador del Programa de Biocomercio de Promperú, refiere que aún hay espacio para que las ventas al exterior sigan creciendo.

"Lo importante es cumplir con los estándares internacionales de calidad, pues la castaña es grasosa y cada país permite un nivel máximo de toxinas para este fruto", apuntó.

Por ello, sugirió a las empresas que buscan incursionar en este mercado que acudan a Promperú para conocer los requisitos de certificación, identificar los mercados de exportación y acceder a la programación de ferias.

Justamente, entre el 19 y el 21 de setiembre se realizará en Lima la feria internacional Perú Natura, en el marco del Expoalimentaria, donde se expondrán productos de biocomercio.