“En la universidad es donde conozco a uno de mis, ahora, mejores amigos, que tuvo un accidente de tren y le amputaron las dos piernas. Pero cuando lo conocí él caminaba y parecía normal, y yo pensaba: “Oye, en el Perú si te amputan te dan muletas, en el mejor de los casos. Y fue ahí, en Alemania, mi primera interacción con prótesis, con que hay una solución para este problema y entender por qué esta solución existe en Alemania y no existe en el Perú. Después me di cuenta que las prótesis son super caras y no hay un sistema de cómo llevarlas al Perú. No solamente es el precio, sino que hay muchísimos factores como la infraestructura o los técnicos ortopedistas, por ejemplo, que es el problema más grande, que nos dimos cuenta más adelante: Sin los técnicos ortopedistas no puede haber una prótesis de alta calidad. Entonces, nuestra meta era encontrar cómo realizar componentes de bajo precio y alta durabilidad, después, cómo reemplazar o cómo hacer el trabajo del técnico ortopedista más eficiente. Y así analizar todo este problema, durante casi 2 años y medio desde que empezamos, y hoy en día tenemos una solución tecnológica que hemos diseñado en Berlín con todo el equipo de Horus y es lo que estamos trayendo al Perú”.