La Línea 1 recibe un subsidio aproximado de 63% sobre los costos de operación, según la Asociación de Contribuyentes del Perú. (Foto: GEC)
La Línea 1 recibe un subsidio aproximado de 63% sobre los costos de operación, según la Asociación de Contribuyentes del Perú. (Foto: GEC)

Redacción PERÚ21

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Solo la cuenta con un subsidio de S/ 2.50 por pasaje, y recauda S/.1.50, lo que implica un subsidio del 63% sobre los costos de operación, señaló la Asociación de Contribuyentes del Perú en su estudio “El uso de subsidios en el transporte urbano: una propuesta de Lima Metropolitana”.

En el 2018, el subsidio ascendió a US$ 134,000 diarios; es decir, US$ 48.9 millones. De acuerdo al presupuesto inicial de apertura, en 2019 alcanzará un monto similar, según Raúl Labarthe, jefe de investigación económica del gremio.

El pago se realiza a través del sistema “Trenes-Km Garantizados”, en los cuales el estado garantiza anualmente una demanda mínima conforme el concesionario va ampliando la cantidad de trenes en operación, así como el cumplimiento de su plan de inversiones.

Según datos de la Fundación Transitemos, el nivel de subsidios debe llegar al 50%, como sucede en otras partes del mundo, en ciudades desarrolladas como París o Londres el transporte se subsidia por el Estado a fin de que el servicio ofrecido a los ciudadanos tenga mayor alcance y sea de calidad.

De acuerdo al Banco Mundial, para que los subsidios garanticen un mayor alcance a poblaciones vulnerables deben enfocarse en sistemas de tarjetas electrónicas que identifiquen a los beneficiarios otorgándoles transferencias directas (subsidios a la demanda).

En la actualidad, el Metro de Lima, el Metropolitano y los corredores complementarios no tienen una importante incidencia sobre el transporte de los niveles socioeconómicos E y D. Solo el 5.1% los utilizó.

Al 2016, según datos del Banco Interamericano de Desarrollo, el NSE E no logra utilizar estos medios de transporte debido a la ausencia de vías, la irregularidad e informalidad de los asentamientos, así como la falta de empleo.

La clave para la operatividad del sistema de transporte público, será la implementación de la nueva política de subsidios. Los argumentos a favor consisten principalmente en optimizar el bienestar de los usuarios en un mercado donde los monopolios naturales son frecuentes, indicó Labarthe.

Además, disminuir el tráfico y la contaminación asociados a los automóviles, y aumentar el acceso al transporte de los más necesitados.