La pérdida de miles de puestos de trabajo ha sido una de las principales consecuencias negativas que ha traído consigo la pandemia. (Foto: GEC)
La pérdida de miles de puestos de trabajo ha sido una de las principales consecuencias negativas que ha traído consigo la pandemia. (Foto: GEC)

Élida Vega Córdova

elida.vega@comercio.com.pe

El año pasado, según el Observatorio Laboral del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Perú fue uno de los países que experimentó mayores pérdidas de como consecuencia de la pandemia. Y aunque el momento de mayor pérdida fue en junio con 2,8 millones de empleos perdidos, en diciembre último, los puestos de trabajo perdidos llegaron a 642.000, culminando el 2020 con una tasa de desempleo de 13%.

A pocas semanas de culminar el primer trimestre, con una nueva cuarentena motivada por una segunda ola que sigue cobrando víctimas mortales, y a pesar de una tendencia gradual de recuperación, el Área de Estudios Económicos del BCP estima que en el 2021, la tasa de desempleo en el país se ubicaría en 8%.

Dicha proyección, de acuerdo con data oficial que recoge el Observatorio Laboral COVID-19 del BID, estaría todavía por debajo de los niveles que se registraban antes de la pandemia. En febrero del 2020, por ejemplo, la tasa de desempleo se ubicaba en 7,1%, y solo estuvo por encima de la proyección del BCP en marzo del 2019, cuando llegó a 8,2%, hace casi dos años.

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Sobre sus proyecciones, Carlos Prieto, gerente del Área de Estudios Económicos del BCP, explica que aunque el PBI puede rebotar (la entidad financiera estima un crecimiento de 9% para la economía peruana), se trata de un “número engañoso y con riesgo a la baja”.

En ese sentido, sostiene que debido a que la mayoría de los mercados en el 2021 serán más pequeños que en el 2019, el mercado laboral se mantendrá fuertemente golpeado y más informal que antes. Incluso, el ingreso mensual real en Lima Metropolitana (S/1.563) se mantiene en niveles de hace ocho años.

MEDIDAS DE IMPULSO

En línea con los estimados por el BCP, el último Índice de Confianza del Consumidor de Lima Metropolitana (Indicca) de Apoyo Consultoría e Ipsos revela que el 71% de las familias ve más difícil conseguir empleo a estas alturas de la pandemia, muy por debajo del 66% que se registraba en diciembre último y en un porcentaje bastante cercano al pico más alto que se registró en la primera ola, cuando alcanzó 75% tanto en junio como en setiembre del año pasado.

Frente a esas expectativas, Miguel Jaramillo, economista senior del Consejo Privado de Competitividad, no ha dudado en plantear tres propuestas con miras a promover el empleo formal pospandemia.

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Plantea un régimen laboral temporal que brinde facilidades de liquidez y contratación a las empresas. “Este régimen duraría 24 meses (o hasta diciembre del 2022) y solo aplicaría a las empresas más afectadas por el COVID-19”.

También sugiere reducir el costo laboral no salarial para las nuevas contrataciones durante la vigencia del régimen. Para ello, las medianas y grandes empresas deberán tener acceso a las prestaciones del régimen especial de la pequeña empresa, lo que se traduciría en una reducción de 28 puntos porcentuales en los costos laborales. “Esto posicionaría al Perú, temporalmente, cerca del promedio de los costos de la región”, anota.

Finalmente, para acceder a esas facilidades de contratación, propone, que se califique como causa de contratación temporal de nuevos trabajadores a la reactivación o adaptación de las empresas, producto de la crisis, pero de manera transitoria.

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