En el Perú solo el 76% de las empresas utiliza Internet para enviar correos electrónicos y chatear. (Foto: El Comercio)
En el Perú solo el 76% de las empresas utiliza Internet para enviar correos electrónicos y chatear. (Foto: El Comercio)

Adaptarse a la transformación digital es vital para la supervivencia y el crecimiento de las empresas en el mundo globalizado e interconectado en el que vivimos actualmente.

Josep Valor, profesor de IESE Business School, ha señalado que las empresas deben desarrollar una estrategia de transformación digital para asegurar su supervivencia. "Los nuevos hábitos de los clientes, la aparición de modelos de negocio distintos propiciados por lo digital y la amenaza de la irrupción de competidores digitales obliga a las compañías tradicionales a innovar y ser más eficientes". 

Sin embargo, en el Perú solo el 76% de las empresas utiliza Internet para enviar correos electrónicos y chatear. Incluso, muchas  pequeñas y medianas empresas (pymes) no cuentan con página web ni redes sociales, según cifras expuestas en el último encuentro de Iberoamérica Empresarial.

Para el gerente de soluciones de Ofisis, Martín García, la transformación digital no es solo abastecerse de tecnología, sino también cambiar el chip de las personas, que sean conscientes de la rapidez con que se mueve el mundo debido a la tecnología y arriesgarse a adoptarla en favor de la productividad.

A continuación, siete recomendaciones clave para que las empresas sobrevivan a la era digital.

1. Diagnosticar y empezar de a pocos

Para García, no es necesario invertir mucho dinero ni comprar los productos más tecnológicos para estar integrados a la transformación digital. Primero se debe evaluar la situación de la empresa: los tiempos para lograr objetivos, el sobrecosto de horas de trabajo, la rentabilidad de la empresa y la rapidez o lentitud de sus procesos.

“También es vital mirar a la competencia: qué plataformas tecnológicas utiliza, cuáles le dan mayor resultado de acuerdo a su nicho de mercado, cómo es su comunicación externa con los usuarios, etc.”, dijo García.

Una vez que sepamos de qué pie “cojea” la empresa, se irán haciendo cambios graduales. Para algunas empresas será más importante empezar por hacer funcionar sus redes sociales y para otras el mejorar sus procesos internos con ayuda de un software ERP, que le permita automatizar sus sistemas financieros, de recursos humanos, entre otros.

Según el informe del International Institute For Management Development, Competitividad digital 2017, el Perú está en el puesto 62 de 63 países.

Para García, además de que en el Perú la infraestructura del Internet no llega a todo el país y que solo el 51.7% de los peruanos tiene acceso a la red, este resultado también se explica por dos factores: miedo al cambio y ver la tecnología como un gasto y no una inversión.

Cambiar esto pasa por capacitar al personal para que comprenda que la tecnología los ayudará a ser más productivos en el trabajo. Si antes elaborar grandes presupuestos o sistematizar las planillas demoraba siete días o más, ahora con un software ERP se logra en minutos.

De acuerdo a un estudio de Xertica, más del 70% de empresas peruanas reconoce que la transformación digital ha aumentado la productividad de los empleados y no los reemplaza.

La reputación virtual de una empresa es vital en la transformación digital. Una comunicación eficiente a través de redes sociales permite tener una relación directa con los clientes, conocer sus dudas, mostrar los valores de la empresa, y el costo de la publicidad es menor y de mayor alcance.

Además, para el 2020, habrá 4 veces más dispositivos conectados a Internet que personas en el planeta, lo cual significa que la comunicación virtual se afianzará.

Para invertir en marketing digital es importante conocer el nicho de mercado al que nos dirigimos, para saber qué redes sociales elegir, qué tipo de publicidad impulsar o el tono de la comunicación de la empresa. También es necesario tener personal eficiente que se haga cargo de esta tarea al 100%, según el gerente de soluciones de Ofisis.

El uso del Big Data ha revolucionado el mundo corporativo. En las empresas 'retail', por ejemplo, esta tecnología les permite conocer el gusto de sus clientes, saber lo que más o menos se compra y los productos que les gustaría adquirir. De esta manera será más fácil saber qué nuevas promociones realizar o en qué tendencias invertir para atraer a sus clientes.

“Si bien no todas las grandes empresas pueden adquirir este tipo de sistemas, se puede empezar de a pocos. Por ejemplo, si se utiliza un software ERP para manejar los sistemas internos de la empresa, se le puede añadir las plataformas de redes sociales para analizar indicadores de consumo y predecir los gustos del cliente”, señala Martín García.

La empresa de entretenimiento online Netflix compite por precio con otros intermediarios que ofrecen lo mismo, como Amazon o Hulu. Si no quiere morir en el intento, tiene que seguir generando activos propios con nuevas series.

Para el profesor Josep Valor, hay que apalancarse en los activos que permiten diferenciarse de la competencia. Los productos y servicios que no lo hagan acabarán por reducir sus márgenes.

El caso de Blackberry es emblemático: pasó de ser el gigante de los smartphones a una empresa en decadencia. Mientras esa empresa se centraba en producir el mejor dispositivo, Apple y los fabricantes basados en Android no solo vendían equipos, sino que crearon un ecosistema de desarrolladores de aplicaciones que añadían valor a su plataforma, haciéndola mucho más atractiva para los usuarios.

Debemos asegurarnos de invertir recursos para lograr que nuestro producto o servicio sean valiosos para el cliente. A menudo el valor de nuestra plataforma puede estar en los complementos, y no en el producto, según Valor.

El profesor de la IESE Business School dijo que es muy conveniente contar con una estrategia de comunicación digital que permita gestionar las redes sociales y relacionarnos de manera positiva con clientes y stakeholders, y monitorizar quién dice qué.

Esto ayudará a evitar casos como el de Nestlé, que en 2010 sufrió una importante crisis en las redes sociales que no supo gestionar, cuando Greenpeace denunció a la compañía por malas prácticas en la elaboración de sus productos.

Fuente: Andina/IESE

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