Sandra Sevil ha realizado una colaboración con Disney.
Sandra Sevil ha realizado una colaboración con Disney.

Jugaba en el clóset de su abuela materna. Un paraíso de los . Los usaba todos, como aquel prendedor de leopardo. Construía un mundo donde ella era la creadora de estas piezas, que se probaba en un tocador con luces. Sandra tenía 3, 4 años, y vivía en ese universo del que nunca se alejó.

Renunció sin un plan B. Había llegado de Londres, hasta donde viajó para seguir una maestría sobre marcas de lujo. Volvió, buscó trabajo y lo encontró, pero sentía que vivía sin un propósito. Sandra Sevil inventó un plan B, uno al que llamó , una marca de accesorios que hace 10 años tocó puertas que nunca se abrieron, pero que hoy celebra una colaboración con Disney, a través de una línea de polos y poleras con la figura de Mickey, uno de los rostros de la cultura pop en el mundo.

Entra a la sesión de Zoom, prende la cámara y parece que está en un sótano. Solo parece, porque está sentada sobre el camarote de su hija, casi tocando el techo. Todo es blanco, el fondo y su ropa. Entre risas asegura que es el único lugar libre de ruido e interrupciones en su casa. “Acá estoy viviendo mi vida, tal cual”, dice y vuelve a sonreír.

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-¿Cómo se da esta unión con Disney?

Fue algo con bastante magia y me encanta que sea así, en vez de que sea algo construido. Tiene vida propia. Viajé a Los Ángeles con alguien del equipo de Disney justo antes de que empiece la pandemia, fue a un evento de emprendimiento. Ahí sembré la primera semilla: hacer algo con el ADN de Sophie, que es brillar, creer en tus sueños, construir y trabajar por ellos. Pero volvimos y empezó la pandemia y mi compañía entró en una reestructuración feroz.

-Tenías seis tiendas. ¿Aún las conservas?

Cerramos tres en el proceso. Tuvimos un silencio con tiendas cerradas por meses cuando yo operaba 365 días del año. Volteé al cajón de los sueños y, claro, yo tenía el sueño de hacer textil y generar colaboraciones. La relación con Disney se mantuvo y tras dos años de chamba se logró este lanzamiento. Salimos con Mickey, que es el centro de Disney. Un personaje con el que me sentía ilusionada de compartir, porque en el proceso de emprender me convertí en mamá, mi segundo hijo nació en 2021. Incluso, integro a mis hijos en la misma sesión de fotos (como se aprecia en la imagen).

-Pero en qué sentido va la relación con Disney: ¿la marca autoriza usar su imagen o la empresa te elige?

Disney confía en ti y te elige de alguna forma. Sophie Crown es una de las pocas marcas en la región a la que le han otorgado este modo de trabajo, no es una licencia donde se pagan regalías, es una oportunidad donde mi logo y el de Disney están en un mismo espacio, una misma escena. En el proceso de creación te dan carta abierta y luego pasas por aprobaciones necesarias; se da porque confían en ti y conectan con tus valores.

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-También fuiste elegida embajadora de Mercedes-Benz. ¿Cuál es la clave para, siendo emprendedora, lograr estas relaciones con empresas multinacionales?

Fui (y soy) muy celosa de mi marca. Siempre prioricé conectar antes que transaccionar. Desde que empecé la marca, el camino largo ha sido siempre por el que preferí ir.

-¿Por qué?

Yo sentía que no tenía otra opción. Cuando abrí, no había venta digital, no había manera de conectar más que el uno a uno. Y no me tocaba otra que abrir en un espacio físico, en un centro comercial después de veinte que me dijeron que no; me dieron un espacio junto al baño, que no era un espacio real; y ahí me puse a trabajar día y noche, a vender una experiencia. La gente me decía: “Cómo no comprarte si me estás contando con tanto cariño esto que has hecho”. Y ese camino siempre ha sido el que he elegido porque avanzaba y al costado me abrían tiendas gigantes, tiendas que podían liquidar 80% de descuento, pero esa chamba yo no la hago bien: no soy el crack de las finanzas ni la logística; a mí me encanta conectar y crear branding, conexión, feeling. Y una buena relación se hace con tiempo. Los primeros tres años fueron los más difíciles, la parte operativa termina consumiéndote. Siempre digo que si se te apaga la mecha, la pasión para sacar adelante tu negocio, ya fue, porque todos los otros recursos los puedes conseguir.

-¿Qué mantenía prendida la mecha?

Soñar. Siempre me apasionaron los accesorios, que es como empiezo.

-¿Pero qué te hacía creer que lo que vendías podía funcionar?

Es importante conectar y hacerlo bien. Al comienzo tú cuentas la historia y estás detrás de tu negocio, y lideras a un equipo que después saca ese mensaje. Además, se crea una comunidad; usaba Instagram para que mis productos se entiendan mejor, yo era la modelo y al final en stories contaba mi día a día: de ir a Sunat, el proceso creativo, hacer logística, vender y luego me convertí en mamá y me daba miedo porque pensé que mi negocio quebraría. Siempre estaba muy pegada al piso y con mi corazoncito soñando; esa combinación de corazón y mente es importante.

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-¿Cómo mantener la naturalidad, lo genuino conforme la empresa crece, equilibrar la grandeza de una campaña con Disney versus la espontaneidad de la marca?

Creo que si siempre te agarras de la emoción, es bien difícil que no logres conectar; con la emoción, no importa lo elevado que estés, no perderás cercanía.

-En una entrevista aconsejas: “empieza pequeño”. ¿Por qué?

Empezar pequeño es porque no te puedes demorar demasiado, la única manera para probar y tener data de calidad es en la cancha. Y también porque, cuando te equivoque,s no habrás gastado tanto, no te frustrarás tanto. Hay que hacerlo rápido y barato, porque lo que quieres es data, una marca con feedback. Si sales con algo apoteósico, probablemente alguien salga primero que tú y te gana pues, y hay cosas en las que no puedes salir después. El negocio es conectar, tener algo que emociona al resto a través de tu emoción.


AUTOFICHA:

- “Soy Sandra Sevil Capurro. Tengo 35 años. Nací en Lima. Acabé el colegio y estudié Administración, luego en Londres estudié una maestría enfocada en el branding de marcas de lujo; mi profesor era italiano y había trabajado en Valentino, era una locura”.

- “Disney ha sido un hito. Por primera vez me he felicitado, porque normalmente no me gusta celebrar. Prefiero seguir en el camino. Me da nervios la pausa de la celebración, porque te expone. Pero el momento con Disney nos costó mucho por la pandemia”.

- “Con Sophie Crown, por pandemia, hemos abierto un formato distinto como de cita privada. En este año 10, quiero otras categorías, quiero pensar en grande, salir al mundo, no quedarnos solo aquí, mantener mi mente y corazón abiertos para oportunidades que de repente ocurren”.

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El Diario de Emilia I Por Melissa Arbocco.

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