El proyecto permitirá crear 10.000 puestos de trabajo al año en la fase de construcción. (Foto: EFE)
El proyecto permitirá crear 10.000 puestos de trabajo al año en la fase de construcción. (Foto: EFE)

La compañía ferroviaria española Renfe ingresará US$ 6.000 millones por el contrato de construcción de la primera línea ferroviaria de alta velocidad (AVE) completamente privada del mundo, entre Houston y Dallas, en .

Según la empresa, en la fase de diseño y construcción hasta 2026 obtendrá US$ 311 millones y mediante la operativa regular y durante los años de mantenimiento, entre 2026 y 2042, los ingresos esperados sumarán US$ 5.611 millones.

El tren de alta velocidad entre Houston y Dallas/Fort Worth conectará estas dos ciudades, a 386 kilómetros de distancia, en menos de 90 minutos y tendrá una estación intermedia en Brazos Valley. En el futuro, la línea podría extenderse hasta las ciudades de Austin y San Antonio.

Renfe cerró el pasado diciembre el preacuerdo y está en fase de redacción del contrato para operar la línea ferroviaria de alta velocidad que unirá las dos ciudades americanas mediante el que será el primer AVE de Estados Unidos y el primero totalmente privado en el mundo.

La operadora española, que constituyó en mayo pasado Renfe of America, firmará el contrato con Texas Central Partners, empresa privada que promueve el proyecto, de cuya construcción se encargará la empresa italiana Salvini.

El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, ha destacado que este es el mayor contrato adjudicado a una empresa pública española, lo que consolida a Renfe como una de las principales operadoras ferroviarias del mundo.

Esta operación forma parte del plan estratégico de Renfe para el periodo 2019-2023, que incluye acelerar su internacionalización para incrementar progresivamente el volumen de negocio fuera de España y hacer frente a la competencia a partir de diciembre de 2020.

Según recoge Renfe en una nota, y de acuerdo con los datos de Texas Central, la línea de alta velocidad generará unos beneficios en el estado de Texas que podrían alcanzar los US$ 36.000 millones durante los próximos 25 años.

Además, permitirá crear 10.000 puestos de trabajo al año en la fase de construcción y 1.500 empleos permanentes una vez que entre en servicios la línea, una parte de los cuales serán españoles.

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