Redacción PERÚ21

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A pocos días de iniciar 2019, Gianfranco Castagnola mantiene un optimismo que la coyuntura política del año que se va no pudo desgastar. ¿Qué caracterizará el nuevo año? Varios proyectos destrabados, las reformas que ya se gestan y la lucha contra la corrupción forman parte de algunas de sus respuestas que con gusto accede a profundizar.

¿Qué es lo bueno que nos deja 2018?
Ha pasado muchísimo en los últimos 12 meses: ha cambiado el presidente, hubo referéndum, denuncias gravísimas en el Poder Judicial, etc. Entonces uno podría decir que crecer cerca de 4% en este contexto demuestra la resiliencia de la economía peruana. Sin embargo, uno también podría decir: “Qué lástima que por todos nuestros problemas institucionales hayamos desperdiciado un año en el que podríamos haber crecido a 5% o 6%”.

El ministro de Economía ha dicho que 2019 será mejor. ¿Hay fundamentos para ello?
Va a ser un año en el que podremos crecer cerca de 4%, debido a que, como dice el ministro Oliva, hay proyectos mineros como Mina Justa, Quellaveco y la Ampliación de Toromocho que son importantes. ¿Qué de diferente va a tener 2019? Una economía internacional que nos va a ayudar menos. Tampoco nos va a ayudar en el primer semestre el cambio de autoridades regionales y locales. Por el lado positivo esperamos un año con menos convulsión política. Para crecer en 2019 y sentar las bases del crecimiento hay medidas de corto y mediano plazo que hay que considerar.

¿Como cuáles?
En el corto plazo, lo más efectivo es destrabar los proyectos. Primero, la Reconstrucción con Cambios, porque no solo tiene un componente económico, sino social. En temas de infraestructura tenemos la Línea 2 del Metro, la Reconstrucción, Majes Siguas, Chavimochic III, proyectos mineros como Tía María. Esto implica decisión política y capacidad de gestión pública. Una mirada a mediano plazo implica una reforma que ataque los temas de productividad y competitividad de la economía.

¿Tiene el Gobierno suficiente capital político como para impulsar la reforma laboral?
Si el Gobierno quiere dejar algo trascendente en materia económica, tiene que promover esta flexibilización (laboral). Y no hablo de reducir vacaciones, gratificaciones, CTS, sino de que cuando una empresa despida a un trabajador, lo indemnice de acuerdo con la ley, pero que no venga un juez mañana y obligue a reponerlo.

¿Hay condiciones para que en 2019 se recupere el consumo?
El crecimiento del consumo depende del aumento del empleo, del incremento de los salarios y de la expectativa que tengan los trabajadores respecto al comportamiento del empleo en el futuro. ¿Qué ha venido pasando con los salarios? Por un lado, la masa salarial, entendida como los sueldos multiplicados por empleos, está creciendo. En 2018 ha aumentado en términos reales 3.5%, esa es la masa salarial formal. Pero la masa salarial informal casi no ha crecido porque hay una mayor oferta de trabajadores en el mercado informal, parte de ello debido al fenómeno migratorio. El consumo de los sectores medios o medios altos está comportándose mejor que el consumo vinculado a los sectores con menos ingresos.

¿Y esto permitiría que crezca el consumo?
Va a ser un año algo mejor, pero para que realmente se sienta una mejora en el consumo, la economía tiene que crecer a 6% o 7%. Y el entorno internacional y la demanda interna no permiten esas tasas.

¿Qué escenario se prevé para el sector retail?
Están creciendo mucho las tiendas de conveniencia. En el retail hay una menor expansión de los grandes formatos y hay una mayor expansión hacia pequeños formatos y un crecimiento ascendente del canal digital. Este es el que está creciendo más con las ventas por Internet. La gente ya está acostumbrándose a comprar por Internet.

Entonces, ¿2019 será un mejor año para la economía?
Este debería ser un mejor año, con un mejor ambiente político, en el que avancemos en la lucha contra la corrupción, donde esperemos poner las bases de las reformas para el sistema político y judicial, y donde la economía podría tener un desempeño similar al de 2018. Esperemos que el Gobierno utilice parte de su capital político para empujar los temas que hemos mencionado.

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