El miércoles pasado, el presidente Pedro Castillo inauguró la nueva Refinería de Talara (Piura), y personas vinculadas al gobierno aseguraron que este proyecto permitirá la reducción del precio de los combustibles en el país.
Es preciso anotar que esta refinería tiene capacidad para procesar 95,000 barriles de crudo, y que la inversión superó los US$5,000 millones, pese a que en 2014 se estimaba la cifra de US$2,730 millones.
El exviceministro de Energía, Pedro Gamio, manifestó que si bien la modernización de la refinería mejorará la calidad de los combustibles y habrá menos contaminación, “esta no ayudará a que bajen los precios”.
“La principal razón de la modernización es producir combustible de mayor calidad. No va a poder ayudar en estos momentos, de precios altos en el mercado internacional, porque Petroperú no tiene una integración vertical suficiente, solo refina”, aseguró.
Para el exfuncionario, la modernización comenzó a trabajarse muy tarde porque “el diésel no debe ser el principal combustible del país”, por lo que consideró que el dinero se pudo usar para la masificación de gas natural, pero “ya está hecho”, anotó. A esto añadió que será necesario importar crudo para refinar, porque la producción de petróleo en el Perú “está en una crisis profunda por los problemas sociales y ambientales”. “En estos momentos todos los lotes están detenidos”, subrayó.
Por su parte, el exministro de Energía y Minas, Carlos Herrera Descalzi, indicó que hay un riesgo de que el proyecto cueste incluso “US$2,000 millones adicionales”.
“La construcción ha demorado mucho, así que los intereses podrían ser unos US$2,000 millones. Calculo que la inversión recién se podrá recuperar en unos 15 a 20 años”, aseguró.
Indicó que el arranque de la refinería será progresivo, por lo que estimó que en nueve meses podría operar al 100%.
En mayo de 2014 se aprobó la suscripción del contrato para la ejecución de la modernización de la refinería con la empresa Técnicas Reunidas de España.