El próximo 29 de enero, en menos de tres semanas, deberá abrir sus puertas el nuevo terminal del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, operado por Lima Aiport Partners (LAP).
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Dicha infraestructura cuenta con una extensión de 270,000 metros cuadrados, tres veces el espacio del terminal actual, y en su etapa final espera brindar servicio a 40 millones de pasajeros, así como generar alrededor de 120,000 puestos de trabajo.
Esta inversión es 100% privada, realizada por LAP con lo estipulado por el contrato de concesión. De no hacerlo en el plazo ni en las condiciones previstas, deberá pagar una penalidad.
Sin embargo, estas mismas exigencias no las tiene el Estado, representado por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), que hasta el momento presenta una serie de incumplimientos sin que nadie diga y haga nada. Lo peor es que estos incumplimientos provocarán que los usuarios puedan verse perjudicados. Esto debido a que los problemas en el acceso al aeropuerto llevarán a que, por precaución, los pasajeros deban estar en el terminal con más anticipación de tiempo.
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LAS DEUDAS DEL MTC
Con la adenda del contrato para la construcción del nuevo terminal, firmada en 2017, se estableció la construcción del Puente Santa Rosa sobre el Río Rimac como acceso al aeropuerto. Este debió ser entregado por el MTC en julio de 2021, pero no se cumplió. En cuatro oportunidades se declaró desierto el proceso de licitación. Recién en agosto de 2024 dicho puente fue adjudicado al Gobierno de Francia y se estima que estaría listo recién en 2027.
Por este motivo, el año pasado, el MTC anunció que actualizaría los costos en el estudio de ingeniería e implementaría puentes temporales modulares para ingresar al terminal aeroportuario. Este incumplimiento en la construcción del puente Santa Rosa generó sobrecostos al Estado por S/11’974,204, según la Contraloría General de la República, aunque se quedó corta.
El sobrecosto no fue solo para el Estado, sino para LAP, que tuvo que construir una nueva ruta de acceso para los puentes temporales.
La duda con los puentes modulares que instalará el MTC es sobre su capacidad para brindar acceso a los pasajeros al aeropuerto. Por lo general, estos puentes se usan en casos de emergencia y por periodos cortos. Además, surgen otras dudas sobre si resistirán la cantidad de vehículos que circularán en el terminal.
A ello se suma la congestión vehicular que ocasionará el hecho de que no se haya construido el puente Santa Rosa. Con los puentes modulares, el acceso al aeropuerto será por la avenida Morales Duárez, ruta usada sobre todo para el transporte de carga, que se caracteriza por la inseguridad ciudadana.
Si bien el MTC indicó que se llevará a un contigente de la Policía Nacional a la zona, queda por ver si se dará abasto.
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FALTA DE VISIÓN DEL ESTADO
Algo que también se ha atrasado es la Vía Expresa Santa Rosa (VESR), una obra a cargo del Gobierno francés y que conectará la Costa Verde con el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez. De acuerdo con el cronograma inicial, la construcción comenzará en septiembre de 2025 y se extendería hasta diciembre de 2027. No obstante, con los atrasos, recién estaría listo en 2030.
De otro lado, la construcción del Metro de Lima Avanzará por la avenida Faucett, por lo que en su momento interrumpirá esta vía. Una situación similar ocurrirá con la construcción del puente Santa Rosa, que llevará a cerrar la avenida Morales Duárez. También, la Vía Expresa Santa Rosa ocasionará el cierre de la avenida Argentina con la avenida Santa Rosa.
Con lo cual, de coincidir los cierres de avenidas nadie sabe cuál será la ruta de acceso para el nuevo terminal del aeropuerto. Lo peor es que no existe una autoridad del Estado que se encargue de coordinar con los concesionarios para evitar este problema.
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ENTRADA AL TERMINAL
En 2021, Lima Airport Partners (LAP) propuso operar el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez con dos terminales, pero el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) rechazó la iniciativa, sin considerar adecuadamente los accesos al transporte masivo. Actualmente, se construye un ramal subterráneo de la Línea 4 del Metro que conectará el nuevo aeropuerto. Pero, mientras se finaliza, el acceso al aeropuerto se limitará a vehículos particulares, taxis y autobuses AeroExpreso, que inicialmente contarán con tres rutas.
Al respecto, el gerente de Aetai, Carlos Gutiérrez, manifestó que el principal problema de la falta del puente Santa Rosa es la conectividad y el perjuicio por el volumen de tráfico que se va a generar. Por ese motivo, señaló que por ahora se debería habilitar la entrada general por Gambetta también para los usuarios. Según el plan, esa vía será usada por proveedores, taxis autorizados y trabajadores.
Recientemente, la presidenta de Ositran, Verónica Zambrano, se limitó a pronunciarse sobre los incumplimientos del MTC argumentando que no está bajo su ámbito de regulación.
Es decir, el MTC puede demorarse la vida en cumplir con sus compromisos, pero si el privado no llega, se le penaliza. ¿Dónde está la promoción de la inversión privada de la que se jacta la presidenta Boluarte?
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