¿Por qué quitarle más dinero a los contribuyentes?

Durante 2020 la recaudación de ingresos del Gobierno Central alcanzó los S/93,124 millones, 17% menos en comparación a 2019. Al igual que en los últimos 5 años, en 2020, el grueso de esta recaudación vino del Impuesto a la Renta (IR), que representa el 41% de los ingresos y del IGV, que representa el 35% de los ingresos.

Este resultado se debe principalmente a la caída de la actividad económica en el primer semestre del 2020 y a la prórroga en el pago de impuestos a favor de las familias para hacer frente a la crisis.

El objetivo de esta última medida consiste en darle más liquidez (efectivo) a los negocios, de manera que puedan tener más posibilidades de aguantar la cuarentena. Con la suspensión de pagos de impuestos durante cuatro meses, se logró inyectar temporalmente aproximadamente más de S/8,000 millones.

Si el Poder Ejecutivo va por este camino de ayudar a los contribuyentes a aliviar sus cargas en épocas difíciles, ¿cómo es posible que el Congreso siga pensando en aumentar impuestos?

Si grandes, medianos y pequeños se vieron afectados por la pandemia, ¿por qué intentar cargarlos justo en este momento con más gastos tributarios?

De hecho, los peruanos son los que más han sufrido en cuanto a pérdida de trabajo en comparación a los demás países de la región.

La población ocupada en el Perú cayó en 40%, mientras en Chile y Colombia la reducción fue de 20% y en Brasil, apenas 10%. Entre abril y junio, meses de estricta cuarentena, se perdieron 6.2 millones de puestos de trabajo y a septiembre se recuperaron solo 4 millones.

En cuanto a los ingresos, los más afectados fueron los trabajadores independientes, quienes después del confinamiento obtenían, apenas la mitad de sus ingresos. A septiembre mostraron una ligera recuperación, pero aun así, sus ingresos siguen siendo 1.5 veces menos que antes.

Los peruanos son conscientes de dicha situación y el 78% considera que no es necesario crear más impuestos y que el principal problema es el uso de los recursos por parte del Estado, por lo que el primer paso debe ser mejorar la eficiencia en su uso.

La economía funciona en cadena y todos los actores, grandes, medianos y pequeños se relacionan entre sí. Si se golpea a cualquiera, el impacto se siente en toda la cadena de liquidez.

Finalmente, quitarle más dinero a los ciudadanos para dárselo a un Estado que funciona mal y sufre de un virus peor que el COVID, llamado corrupción, no parece una medida inteligente, al menos por ahora.

El Congreso debe ser más prudente

El actual Congreso tiene en curso 4 proyectos de ley, de Somos Perú (2), Frente Amplio (1) y FREPAP (1), que buscan crear impuestos, en algunos casos a personas y en otros, también a empresas. Además, Acción Popular presentó uno para gravar vía ISC (17%) a diversos productos, y FREPAP para cambiar la metodología del ISC aplicable a combustibles.

Finalmente, Somos Perú planteó crear un impuesto (IGV) al uso de plataformas digitales como Netflix. La diversidad de proyectos para crear o aumentar impuestos son un síntoma de la forma poco profunda y prudente que se está abordando un tema tan importante como la imposición de más impuestos para los contribuyentes. El congreso no debe abordar reformas profundas en un contexto de incertidumbre y a puertas de elecciones presidenciales y congresales.

Planes de gobierno generan más cargas al contribuyente

Verónika Mendoza, de Juntos por el Perú, propone un nuevo marco regulatorio e impositivo para eliminar beneficios tributarios, para crear más gravámenes e incrementar el Impuesto Predial. El candidato del Frente Amplio, Marco Arana, va en la misma línea y candidatos como Yhony Lescano ya afirmaron que de ser presidentes subirán impuestos a los contribuyentes. ¿Se puede reactivar la economía poniéndole más peso a los emprendedores y empresarios que pagan la cuenta del Estado?