“Aunque sean más glamorosos el BCRP o el MEF, las instituciones sociales deben acelerar el cierre de brechas, tarea aún pendiente en nuestro país”. (Foto: USI)
“Aunque sean más glamorosos el BCRP o el MEF, las instituciones sociales deben acelerar el cierre de brechas, tarea aún pendiente en nuestro país”. (Foto: USI)

Tropecé con ‘Mujeres del Alma Mía’ tramitando mi renuncia al Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, donde creo que estuve 2 días. Isabel Allende habla allí del sufrimiento de la vejez (los abuelitos viven demasiado); cuenta que en México se habla del asesinato de 10 mujeres por día; de cómo las mujeres usan la burka para ser invisibles y protegerse de los deseos que el hombre no controla; de la mutilación genital; de la despenalización del aborto; de la diferencia entre migrantes y refugiados y del tráfico humano de mujeres y niñas que, más que los combatientes, son víctimas de los conflictos armados porque la guerra es la máxima manifestación del machismo.

Había aceptado el encargo esperando hacer lo posible para mejorar las condiciones de vida de los discapacitados y buscar hogares adecuados para niños en adopción; apoyar con asistencia legal a mujeres agredidas; brindar hogares temporales o estables a la población en abandono, ayuda médica a quienes lo necesitaran y espacios para esparcimiento y aprendizaje. En el confinamiento de la pandemia, era probable que la violencia se hubiera exacerbado e invisibilizado en el hogar.

Escuché muchas historias tristes y algunas de esperanza que me reiteraron que los milagros existen, pero se requiere de personas que los hagan realidad: cómo se está diseñando los procesos de adopción porque los padres quieren niños pequeños y los mayorcitos pierden oportunidades; cómo los equipos de jóvenes salen “a campo” a enfrentar los problemas; conversamos sobre cómo cada niño arriesgando la vida entre los autos mendigando en los semáforos o un enfermo mental deambulando era parte de nuestra responsabilidad. El crecimiento económico es clave para el desarrollo; pero insuficiente. Aunque sean más glamorosos el BCRP o el MEF, las instituciones sociales deben acelerar el cierre de brechas, tarea aún pendiente en nuestro país.

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