El diseño de sistemas de gestión de riesgo político puede darse de dos formas: de “arriba hacia abajo” (top-down) o de “abajo hacia arriba” (buttom-up). Dado la alta sensibilidad y aristas de las variables políticas, es recomendable seguir una estructura top- down. Es la alta dirección, de la mano de la gerencia general, la encargada de definir, en primer lugar, qué son riesgos políticos y cuáles serán considerados los activos dentro del inventario de riesgo de la compañía, cómo se separan- y conversan- con los riesgos financieros, operativos, regulatorios, de recursos humanos y también la variable reputacional.