[Opinión] Jessyca Sampe: “Una vez más, la educación como la mejor forma de prevención”

Los cambios profundos del mundo para mejorar las condiciones de vida de las personas se dan, muchas veces, de manera más lenta y progresiva de lo que muchos de los activistas de estas causas quisieran. A lo largo de nuestra historia los ejemplos sobran: eliminar la esclavitud, derechos civiles para las mujeres, cuidado del medio ambiente, etc.

El estreno de la película “Sonido de Libertad” nos pone sobre la mesa una problemática pocas veces discutida o abordada, como es la trata de personas y la esclavitud moderna. Como lo muestra la propia película, la cual está basada en hechos reales, esta problemática crece más rápidamente que cualquier otro crimen organizado como el tráfico de armas o el tráfico de drogas. ¿Cómo combatirla si en los últimos años crece y además trae grandes ganancias económicas?

La trata de personas afecta a los más vulnerables. En América Latina, se estima que el 75% de las víctimas son mujeres, adolescentes y niñas (BID, 2022) con escaso acceso a una educación de calidad. De ahí que los esfuerzos que se tienen que realizar para combatirla, no solo tiene que ver con el rescate de las víctimas que se encuentran en esta situación, lo cual es una necesidad innegable y urgente de realizar; sino, para que los efectos sean permanentes, se debe luchar por la universalización de una “educación de calidad”.

¿Por qué por medio de la educación? Porque en la medida que las poblaciones más vulnerables se empoderen, mediante una formación en valores y el desarrollo de habilidades, como el pensamiento crítico, podrán tener las herramientas necesarias para defenderse de las estrategias de los traficantes. Además, permite tomar conciencia en la población en general que esta situación existe y así estar alerta y combatirla desde los diferentes frentes que se necesiten activar, como autoridades, políticos, gobiernos locales y nacionales, sector privado, etc.

Quizá la educación de calidad se vea como el camino más largo a seguir, pero claramente es el camino que nos traerá la solución definitiva para que las personas no sean vistas como una mercancía. Es necesario, entonces, emprender una cruzada para que los países encuentren los mecanismos que lleven a mejorar sus sistemas educativos.

Existen experiencias exitosas que podemos mirar y adaptar a cada realidad, pero es necesario también que estas estrategias que se desarrollen tengan una permanencia de mediano y largo plazo, dejando populismos y ganancia política del gobierno de turno.

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