“El trabajo en equipo, la perseverancia, la resiliencia o el control de emociones son capacidades que pueden aprenderse en la escuela o en un campo deportivo, lo hemos vivido con esta selección”. (Foto: AFP)
“El trabajo en equipo, la perseverancia, la resiliencia o el control de emociones son capacidades que pueden aprenderse en la escuela o en un campo deportivo, lo hemos vivido con esta selección”. (Foto: AFP)

Por Jessyca Sampe, gerenta de Educación de Innova Schools

Hay despedidas que duelen más que otras y también hay las que enseñan más que otras. La de Ricardo Gareca tiene de ambas: tristeza y aprendizaje. Cuesta ver alejarse a un profesional que logró reinstalar la idea de que el deporte genera mucho más que resultados o medallas en el pecho, sino que es también un canal de construcción de identidad. El trabajo en equipo, la perseverancia, la resiliencia o el control de emociones son capacidades que pueden aprenderse en la escuela o en un campo deportivo, lo hemos vivido con esta selección.

En un país donde las políticas deportivas no son prioridad, es importante destacar que la escuela queda como el más importante bastión para formar a través del deporte, orientando el curso de Educación Física o talleres deportivos, no solo al conocimiento de las reglas de distintos deportes, sino enfocando la práctica deportiva hacia objetivos de socialización: tolerancia, competencia, respeto al adversario, entre otros, que puedan contribuir a un desarrollo sostenible. Así lo ha reconocido también la propia , que destaca el impacto positivo tanto en materia educativa, como en temas de salud e incluso de paz internacional, como sucedió con Didier Drogba y el importante rol que tuvo en los esfuerzos de pacificación de su país, Costa de Marfil.

Liderazgos como el de Gareca nos enseñan que con una buena planificación, con gran voluntad organizacional, con trabajo basado en evidencia, los efectos positivos no solo son para el jugador sino que se extienden hacia toda la sociedad.

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