“Ponte en los zapatos del otro” es la famosa frase que hace referencia a la empatía. Este dicho no se tiene que aplicar de manera literal, nos tiene que hacer pensar que ante un mismo hecho pueden existir diferentes perspectivas o nos hace entender mejor el comportamiento de los demás en ciertas condiciones.
La empatía es la habilidad que permite que podamos acercarnos y comprender mejor a las niñas, niños y adolescentes con Necesidades Educativas (NE). En muchos casos se ha generado un estereotipo negativo sobre su forma de actuar o interactuar sin conocer la realidad de cada uno. Una persona con NE necesita un ambiente acogedor donde también pueda desarrollarse y ahí es donde la empatía entra en juego.
Pero ¿la empatía se desarrolla o ya nacemos con ella?, muchas investigaciones apuntan a que existen ciertas células en nuestro cerebro, las neuronas espejo, que nos permiten identificar lo que los otros están pensando o sintiendo al identificar ciertos patrones de comportamiento. Asimismo se sabe que ser empático es una característica que se desarrolla durante toda nuestra vida, principalmente si tenemos experiencias donde aprendemos de esta habilidad, al interactuar con otras personas que lo practican.
Es por ello, que, si una persona puede desenvolverse en un sistema de educación regular, debe ser atendido y acogido para que logre desarrollar su máximo potencial. Va a necesitar quizá condiciones especiales y adaptaciones de las sesiones de aprendizaje, pero ahí es donde la familia, la escuela y el apoyo especializado deben crear esta triada necesaria para lograr los aprendizajes esperados.
Sin embargo, son pocas las escuelas que tienen este enfoque porque hay poca comprensión de lo que es una persona con una NE, no es una persona que está enferma es una persona que tiene una condición diferente que le permite actuar, sentir, vivir de una manera diferente una misma situación.
Además, los y las estudiantes necesitan tener la oportunidad de vivir una experiencia de inclusión de los niños, niñas y adolescentes con NE, tal como se hace en la vida real. En la actualidad, vivimos en sociedades cada vez más diversas y donde la habilidad de la empatía es crucial para poder desarrollarnos de manera saludable. Es decir, incluir a personas con NE en la escuela es una gran oportunidad para practicar la empatía, lo que hará que desarrollemos a todos nuestros estudiantes en adultos más compasivos y solidarios. Con la inclusión, ganamos todos.