En los últimos 50 años el gobierno federal americano solo tuvo superávits cinco veces, la última vez en 2001. Como resultado de las ayudas por COVID-19, el déficit en 2021 superó los 2 trillones, el más grande de la historia. Mientras el gobierno siga acumulando déficits fiscales, la deuda seguirá aumentando, lo que constituye una bomba de tiempo, ya que en algún momento los mercados la considerarán inaceptable y las agencias de calificación le reducirán el rating con implicancias financieras inimaginables para la economía global. Es un problema que más temprano que tarde deberá enfrentarse.