“Nos enfrentamos a dos visiones de país muy diferentes, una basada en el estatismo y la otra en una economía social de mercado”. (Foto: Andina)
“Nos enfrentamos a dos visiones de país muy diferentes, una basada en el estatismo y la otra en una economía social de mercado”. (Foto: Andina)

Faltando tres semanas para las elecciones todavía hay un porcentaje importante de indecisos o personas dispuestas a votar en blanco. Los dos debates planteados pueden ser cruciales para convencer a los electores aún tibios. Las recientes encuestas nos muestran un virtual empate técnico entre ambos candidatos. Ganará quien convenza a la mayoría de que hará mejor gobierno.

Nos enfrentamos a dos visiones de país muy diferentes, una basada en el estatismo y la otra en una economía social de mercado. La primera es un salto al vacío, aunque ahora disfrazado, la segunda propone cambios más moderados que evitarían agravar los problemas actuales del país al reducir la incertidumbre.

En el debate de técnicos, será importante mostrar profesionales que presenten sus ideas y medidas concretas con solvencia y credibilidad. Ese es el gran reto para ambas candidaturas. Los de Fuerza Popular deberán demostrar que es posible mejorar las condiciones de vida de la población más vulnerable sin un cambio del modelo económico, que se pueden hacer ajustes dentro del mismo que permitan mayor inclusión y mejoras de bienestar. Los del lápiz tendrán la difícil tarea de demostrar que sus flamantes técnicos y nuevo programa mediatizado no sólo conforman una artimaña electoral que luego será desechada.

Por otro lado, el candidato que logre persuadir al electorado en el debate que es la mejor opción para convocar un gobierno de unidad nacional, y empiece a actuar en ese sentido, tendría una gran probabilidad de ganar las elecciones. Esto requiere desprendimiento político ya que implicará ceder espacios cuando sea gobierno. También sumará votos el que persuada a la población de que es la mejor opción para reformar el Estado para hacerlo más eficiente e inclusivo y para reducir la corrupción; y para implementar una verdadera reforma política que fortalezca a los partidos políticos y nos libre de gobernantes y representantes incapaces y corruptos.

Somos un país de emprendedores con millones de micro y pequeños empresarios que se han desarrollado bajo los tres pilares del sistema capitalista: el mercado libre, la propiedad privada y las libertades individuales. Estas son fortalezas de nuestra economía que debemos cuidar ya que las requerimos para desarrollarnos, generar empleos de calidad y reducir la pobreza. En el debate se debe enfatizar eso, para recordar, particularmente a los electores indecisos o a los que piensan votar en blanco, sobre las implicancias de perderlas.

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