Para el 2010 los ingresos argentinos eran tan solo el 27% de los ingresos norteamericanos. (AP)
Para el 2010 los ingresos argentinos eran tan solo el 27% de los ingresos norteamericanos. (AP)

Redacción PERÚ21

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Juan José Garrido, la opinión del directorNo hay economía más predecible que la argentina. Ellos no necesitan de vientos de cola para descollar o imponentes barreras para estrellarse. Ellos, solitos, son su motor y su extinguidor. Estudiar el caso argentino es hoy más importante que nunca: es el vivo ejemplo de qué no hacer con la economía.

En 1800, poco antes del auge industrial, la economía argentina era boyante frente a sus pares; de hecho, el ingreso per cápita era 102% del ingreso de un norteamericano. En 1900 dichos ingresos se redujeron al 85%; habían declinado, pero eran todavía –de lejos– los más altos en la región.

Argentina no llegó a esos niveles de desarrollo por fortuna o razones geográficas, sino por ideas. Léase, buenas, sensatas ideas: responsabilidad fiscal y monetaria, apertura comercial, mercados e instituciones.

Todo ello se quebró a partir de 1930, y –sobre todo– de los cincuenta en adelante. Así como un argentino sentó las bases del desarrollo previo (Juan Bautista Alberdi), dos argentinos sentaron las bases de la debacle: Juan Domingo Perón puso el populismo y la demagogia en el mensaje político, y Raúl Prebisch, las elucidaciones técnicas detrás del estatismo y el proteccionismo. Hasta el día de hoy, se maneja entre más o menos ambas líneas políticas y económicas, pero son incapaces de salir de ellas.

Y, así, para el 2010 los ingresos argentinos eran tan solo el 27% de los ingresos norteamericanos. La lección de la economía argentina es muy simple: alguien tiene que pagar el festín populista.

Hace unos días leí –en el muro de un amigo argentino– una secuencia lógica de José Luis Espert sobre la situación actual: "No hay fondos buitres sin deuda, no hay deuda sin déficit fiscal ni déficit sin gasto público excesivo. Y, claro, no hay gasto público excesivo sin gobiernos populistas".

Para quienes hoy se entusiasman con las ideas keynesianas, sería bueno repasar el tránsito argentino. Ellos, al igual que nosotros, creyeron en el milagro del Estado y el control.

La agencia AFP realiza un informe sobre la situación en Argentina. (AFP)