Mibanco: “La inclusión financiera tiene un doble impacto, en la formalización y en la reducción de la pobreza”

La estrategia de sostenibilidad del banco gira bajo un parámetro que se llama “Nivelando la cancha”, detalló Werner Harster, Gerente General Adjunto de Internacionalización e Inclusión Financiera de Mibanco.
Los 10,000 colaboradores sentimos que todos los días hacemos patria porque estamos contribuyendo como agente de cambio a la mejora de más de 900,000 clientes, familias, dijo Harster (FOTO:JAVIER ZAPATA/PERÚ21)

Werner Harster, Gerente General Adjunto de Internacionalización e Inclusión Financiera de Mibanco, explicó a Perú21 cómo la entidad busca transformar vidas mediante la inclusión financiera. A través de programas de impacto social como “Mujeres poderosas” y “La academia del progreso”, Mibanco no solo otorga créditos, sino que también educa y asesora a microempresarios, contribuyendo a reducir la pobreza y la desigualdad en el país.

¿Cómo podría describir el trabajo que hace en Mibanco?

Yo venía de la banca retail y lo primero que me encontré al llegar a Mibanco fue con una cultura que tenía un propósito tremendo, que es transformar vidas a través de la inclusión financiera. Dentro de este propósito hay un concepto que es realmente impresionante que es el “Espiral del progreso”, que significa acompañar al microempresario para ayudarlo a progresar a través de la inclusión con créditos, seguros, asesoría y educación. Los 10,000 colaboradores sentimos que todos los días hacemos patria porque estamos contribuyendo como agente de cambio a la mejora de más de 900,000 clientes, familias.

¿Cómo la estrategia de sostenibilidad se alinea con la del negocio?

La estrategia de sostenibilidad del banco gira bajo un parámetro que se llama “Nivelando la cancha”. Este responde a una campaña que se lanzó hace algún tiempo y que agrupa tres objetivos de desarrollo sostenible (ODS): el ODS 5, que es equidad de género; el ODS 10, que es la reducción de desigualdades y; el ODS 13, que es la acción por el clima. De estos, específicamente en el ODS 5 y ODS 10, tenemos un programa de educación para la inclusión, que, a su vez, tiene tres frentes claves, uno de los cuales es “Mujeres poderosas”.

¿En qué consiste ese frente relacionado con la mujer?

Está dirigido a las organizaciones de base. Intervenimos las ollas comunes, los comedores populares, básicamente llevándoles educación financiera. (…) También, tenemos productos como el “Crédito mujer”, que es un producto pensado en la mujer microempresaria. El año pasado colocamos 50,000 créditos de este programa, de los cuales 12,000 fueron a mujeres microempresarias que recién han ingresado al sistema financiero.

¿De qué manera contribuye esta educación financiera que ustedes brindan?

Este es un trabajo de mediano plazo. No lo hacemos solos. Vamos de la mano con empresas privadas y las municipalidades. En esa intervención, el año pasado hemos capacitado a poco más de 12,000 mujeres y este año tenemos como meta llegar a 15,000. Esto les permite tener acceso a un producto o servicio. La inclusión financiera tiene un doble impacto, en la formalización y en la reducción de la pobreza, y eso está comprobado.

Además del frente de “Mujeres poderosas”, ¿cuáles son las otras dos?

El segundo es “Mi consultor”, que es una alianza con la academia. Son siete universidades con la que tenemos un convenio para poner alumnos de los últimos ciclos en contacto con los microempresarios. Estos chicos en grupos de tres o cuatro realizan una microconsultoría a estos negocios. El dueño del negocio se nutre de la experiencia teórica del estudiante para lograr lo que ha hecho en la práctica. Es un programa sumamente rico en generar una cultura de entendimiento.

Claro, porque una cosa es la teoría y otra la práctica…

Así es. En este frente, el año pasado hemos capacitado a 4,000 personas y este año tenemos como meta a 7,000. Además, vamos a seguir ampliando las alianzas con universidades porque son fuentes de talentos.

¿Y el tercer pilar?

Es una historia de éxito que se llama “La academia del progreso”. En 2019 nosotros capacitamos a 20,000 clientes. Decidimos retar este modelo con una aspiración totalmente distinta, multiplicarlo por 10. En 2024, no solo multiplicamos por 10, hicimos 400,000 mil capacitaciones a clientes. Reinventamos todo el ecosistema de capacitación, entendiendo muchísimo las necesidades y las costumbres de nuestros microempresarios para darles lo que necesitan, cómo lo necesitan y cuándo lo necesitan.

¿Cómo se manejó este programa?

Lo primero que se hizo fue una plataforma dual, que funcionaba en Whatspap y la web. Lo segundo fue entender qué cursos les íbamos a dar, entender que los segmentos tienen una propuesta de valor diferenciada y cada segmento necesita una capacitación distinta, en temas de educación financiera y gestión del negocio. Tenemos la gestión del negocio desde una perspectiva digital, con lo cual la inclusión no solo es financiera, sino también digital. Nuestra meta para este año es llegar a los 500,000 clientes y en 2025 a 700,000. Lo interesante de este modelo, es que los 400,000 clientes capacitados tienen un mejor comportamiento de pago, lo que impacta directamente en el score del cliente, en el acceso a los servicios financieros.

La educación financiera sí ayuda a la inclusión…

Es un habilitador fundamental. Del 100% que entran a estas capacitaciones, el 90% acaban y tienen un diploma virtual, digital.

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