Actualmente, se entiende como movilidad social a los desplazamientos entre los distintos grupos socioeconómicos debido a la modificación de sus condiciones de vida. El Índice del afirma que las inversiones en movilidad social podrían generar USD 291 000 millones adicionales en para Latinoamérica de aquí a 2030. A su vez una mayor movilidad social mejoraría el desempeño de las compañías, por lo que, empresas latinoamericanas se han vuelto más inclusivas durante los últimos años. Para graficar ello, el 80% de las empresas cuentan con programas dirigidos a mujeres y la mitad tiene esfuerzos enfocados en los colaboradores LGBTQ+, según data del reciente informe de McKinsey & Company, La diversidad socioeconómica en el entorno laboral (2022).

El equipo de investigadores realizó 5 400 encuestas a empleados y emprendedores de 24 años a más con múltiples atributos de diversidad en términos de género, raza, orientación sexual y condiciones socioeconómicas en seis países: Perú, Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Panamá. El informe también se apoya en entrevistas en profundidad con 44 altos ejecutivos de la región que manejan temas relacionados con la diversidad.

Se analizaron tres grupos distintos: personas con condiciones socioeconómicas menos favorables que no experimentaron movilidad social, personas con condiciones socioeconómicas más favorables y personas que experimentaron movilidad socioeconómica.

Resultados en Perú

En el estudio se da a conocer que las personas con condiciones socioeconómicas menos favorables en Perú carecen de información suficiente sobre las oportunidades que las compañías y universidades pueden ofrecerles. Por un lado, cuando se les consulto si saben qué compañías ofrecen buenas oportunidades de carrera, el 70% de personas con condiciones socioeconómicas más favorables afirmó saber cuáles versus el 60% de personas con condiciones menos favorables.

Por otro lado, al hacer la consulta sobre si saben qué universidades brindan buenas oportunidades, el 53% de personas con condiciones socioeconómicas más favorables afirmó saber cuáles versus el 39% del segundo grupo de personas. A esto se suman algunos retos para acceder a puestos de trabajo al no contar con todos los requisitos. Un ejemplo de ello es el dominio del idioma inglés, que se ha vuelto un requerimiento frecuente en el contexto corporativo latinoamericano.

Solo el 39% de encuestados con condiciones socioeconómicas menos favorables sabe que universidades ofrecen buenas oportunidades.
Solo el 39% de encuestados con condiciones socioeconómicas menos favorables sabe que universidades ofrecen buenas oportunidades.

De igual manera, el grupo con movilidad social en Perú está subrepresentado en los niveles gerenciales y ejecutivos, y es promovido con menor frecuencia. Las posibilidades de obtener un ascenso para los empleados de empresas comprometidas con la diversidad socioeconómica son de 40% más.

Este informe nos brinda una base de cómo están las empresas del país en temas de diversidad socioeconómica e inclusión. La mitad de los encuestados en Perú esperan que sus compañías se involucren con ella. Sin embargo, solo una quinta parte la incluye en la agenda corporativa. Es importante tomar acción”, comenta Alonso Razetto, Socio y Office Manager de McKinsey & Company Perú.

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Por otro lado, paradójicamente, de todos los grupos con baja representación en el entorno laboral, los individuos con condiciones socioeconómicas menos favorables constituyen el mayor en términos absolutos entre todos los países incluidos en la encuesta, en un rango del 73 al 87 por ciento de la población nacional. Y este grupo tiene el mayor desfase entre la cantidad de personas con empleo y su participación demográfica, con una brecha de hasta 28 puntos porcentuales. La diferencia más grande se registra en Perú, seguido de Brasil y Argentina.

PEA en Latam.
PEA en Latam.

Acciones a futuro

McKinsey & Company menciona cinco acciones clave que las empresas pueden implementar para incorporar una perspectiva socioeconómica a sus agendas de diversidad, equidad e inclusión (DE&I):

  • Hacer un seguimiento cuidadoso de la composición de la fuerza laboral teniendo en cuenta las condiciones socioeconómicas de los colaboradores.
  • Reestructurar el proceso de reclutamiento y expandir el banco de talentos, eliminando requisitos de admisión no esenciales.
  • Ofrecer capacitación adicional para complementar habilidades duras y blandas.
  • Elevar el sentido de pertenencia de los colaboradores.
  • Incorporar una perspectiva socioeconómica a los procesos anti-sesgos para garantizar condiciones equitativas.

De acuerdo con el estudio, aquellas compañías comprometidas con la diversidad socioeconómica, equidad e inclusión suelen caracterizarse por una mejor salud organizacional, colaboradores más satisfechos, mayor retención y reconocimiento del personal, un fuerte compromiso de los trabajadores, así como acceso a un pool único de talentos. De igual manera, los colaboradores de empresas comprometidas con la diversidad tienen cuatro veces más probabilidades de sentirse felices que sus pares del resto de las organizaciones.

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