La gestión de Donald Trump ha impactado en las empresas que llevan su nombre. (Foto: AP)
La gestión de Donald Trump ha impactado en las empresas que llevan su nombre. (Foto: AP)

Los negocios de no lucen muy auspiciosos desde hace unas semanas.  Solo en octubre retiraron el nombre "Trump" de un edificio en Manhattan, sumándose a los de Panamá y Toronto.

En Escocia, los centros de golf de Donald Trump habían publicado millones de dólares en pérdidas. Uno de sus hoteles en Panamá se había rebautizado como Marriott y la fiscalía de Nueva York anunciaba que investigaba cómo evitó pagar decenas de millones de dólares en impuestos.

Todo eso, junto con los iracundos tuits del presidente y los escándalos de su gobierno, hizo que Gary Barrett finalmente perdiera esperanzas de sacar ganancias de un departamento que compró como inversión en una torre Trump en Las Vegas.

“La gente con suficiente dinero para comprar estas unidades parece alejarse del nombre Trump”, dijo Barrett, un ejecutivo técnico de Austin, Texas. Calificó la tendencia como “el efecto Trump”.

Desde tarifas para jugar golf hasta precios de condominios, diversas cifras financieras indican que los negocios Trump van en picada en los primeros dos años de la presidencia.

A pesar de que Trump mantiene su base incondicional de nacionalistas, otro grupo que antes le era afín se está distanciando: los acaudalados que hacían negocios con él.

“Puede polarizar mucho... La marca se ha deteriorado”, dijo Jeff Lotman, director general de la firma de concesiones Global Icons. Robert Passikoff, consultor de marcas basado en Nueva York, es más lapidario: “La marca Trump perdió su encanto”.

Aunque es complicado saber qué tanto sufren los negocios que son propiedad privada de Trump, entrevistas de Associated Press  indican que el impacto ha sido extenso y sostenido. Mantiene las mismas divisiones políticas entre votantes desarrollándose tanto en los campos de golf, como en casas club y reuniones de consejos de condominios.

La Organización Trump no respondió a las reiteradas peticiones de comentario, pero ha dicho en el pasado que el núcleo de sus operaciones es sólido.

Desde el inicio hubo señales de que mezclar política con negocios era contraproducente. Comenzó cuando Trump anunció su candidatura en 2015, llamando “violadores” a algunos inmigrantes mexicanos que cruzaban la frontera sin autorización.

Luego, aumentó el año siguiente cuando en un video del programa “Access Hollywood” presume de tocar los genitales de las mujeres.

Agencia AP