Ángela Castillo y Luciana Olivares fueron entrevistadas por Flavia Maggi. (FOTO:PERÚ2119
Ángela Castillo y Luciana Olivares fueron entrevistadas por Flavia Maggi. (FOTO:PERÚ2119

La honestidad es un valor que comprende conceptos como decente, justo y honrado. En el caso de las marcas el concepto incluye otras cualidades y es importante para ayudar a los consumidores a tomar decisiones de compra más informadas.

Si la honestidad es una característica que debería estar implícita en todo producto y servicio, y aunque puede parecer intangible, ¿cómo pueden las marcas aprovecharla? Avinka, del Grupo Santa Elena, encontró la respuesta con su campaña “Prueba un pollo de verdad, honestamente”, que le valió el Gran .

Los Premios Effie promueven la profesionalización del marketing y la publicidad en nuestro país, destacando las campañas más efectivas y creativas.

Ángela Castillo, gerente de Marketing del Grupo Santa Elena, explicó que la campaña surgió como respuesta a la necesidad de mostrar de manera adecuada la calidad de sus productos. “Teníamos la oportunidad de llevar nuestra marca a otro nivel”, comentó en el programa Marcas & Mercados, de Perú21TV.

Este desafío, según Castillo, los llevó a tocar la puerta de la agencia Boost Brand Accelerator.

EL ADN

Luciana Olivares, CEO de Boost Brand Accelerator, indicó que, para alcanzar este cometido, lo primero fue identificar el ADN de la marca, llegando al valor de la honestidad.

“¿Cuál es ese territorio que va a ser la columna vertebral de todo lo que vayamos a trabajar? Desde un empaque increíble, una comunicación, una experiencia en la tienda, etcétera; y ahí llegamos a la honestidad. Avinka es honestidad porque lo que comes es lo que dice que comes”, detalló Olivares.

Paralelamente, Avinka buscaba un nuevo empaque que permitiera reducir la contaminación. Según Castillo, encontraron una envoltura 100% amigable con el medioambiente, diseñada para mantener la frescura que todo producto perecedero debe tener.

Además, la campaña cerró el círculo de impacto social proponiendo al público que donara juguetes de pollo a cambio de un descuento significativo en sus compras. Estos juguetes fueron donados a Juguete Pendiente, una organización que gestiona proyectos sociales de alto impacto en Perú.

El éxito de Avinka obedece a que en una categoría ‘commodity’ como el pollo logró ser muy disruptiva con humor.

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