El Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ) abrió una investigación criminal contra su CEO, Elon Musk, lo que provocó un desplome en los papeles de la compañía.
El 7 de agosto, Musk tuiteó que llevaría a Tesla al terreno privado después de alcanzar los US$ 420 por acción. En respuesta, fiscales estadounidenses abrieron una investigación por fraude, reportó Bloomberg.
El mercado no reaccionó positivamente y la cotización del fabricante de autos eléctricos cayó hasta 5% en el Nasdaq durante la mañana.
En un comunicado, Tesla informó que recibieron una solicitud voluntaria de parte del DOJ y se mostraron abiertos para cooperar con ella.
"Respetamos el deseo del DOJ de obtener información sobre esto y creemos que el asunto debería ser resuelto rápidamente, cuando revisen la información que han recibido", mencionó la empresa.
La Comisión de Bolsa y Valores (SEC) estaría investigando si algún tipo de financiamiento ha sido "asegurado".
En el referido tuit, Musk culminó mencionando que sus fondos estaban asegurados.
El 24 de agosto, el empresario indicó que Tesla permanecería como una compañía pública.