Germán Povea exporta té peruano al mercado europeo.
Germán Povea exporta té peruano al mercado europeo.

Volvió al mismo lugar donde estuvo su padre, a cuatro horas en auto de la ciudad de Cusco. “Vine para sacarme el clavo, porque es algo que mi papá quizás tuvo el sueño de hacer, pero no pudo”, me dice telefónicamente desde Yanayaco, en el distrito de Huayopata, donde vive y está la fábrica de que lidera, a cinco minutos en auto del centro poblado Huyro. Donde vivió de los 6 a los 9 años, luego de que su padre compró la hacienda en medio de la reforma agraria.

Volvió y Germán Povea ha logrado que el té peruano haga realidad su primera exportación al mercado europeo, luego de recibir la venia del Grupo , gigante francés dedicado a la importación de tés de especialidad a nivel mundial, y de la empresa suiza Café Viajero, perteneciente a la peruana Carolina Gobet, gracias a la gestión de PROMPERÚ. Todos rendidos a los tés negro y verde del valle de La Convención.

Nació debajo de un mostrador en la tienda de abarrotes de sus padres, no estudió ninguna carrera profesional, continuó la tradición familiar, nunca trabajó para una compañía ni tuvo jefes. Pero hace ocho años, luego de un divorcio, dejó la ciudad y partió al campo, tras la nostalgia del tiempo de infancia y para poner a prueba su esencia: crear empresa.

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-¿Por qué ha vuelto?

Somos comerciantes, hicimos empresas en Cusco, desde molinos hasta panificadoras. Se podría decir que en Cusco tenemos un nombre. Y también a raíz de cierto tipo de circunstancias, como el estrés, los problemas familiares; entonces, decidí dar un giro en mi vida. En ese tiempo me empezó a dar este mal que es la diabetes; y bueno, vi la posibilidad de hacer un negocio, pero tampoco me imaginé que iba a estar metido en el té. Fue como una revancha, a ver cómo lo hago yo.

-¿Por qué eligió al té, cuando pudo haber mirado al café?

Yo vine para ver la posibilidad de trabajar el turismo, porque estamos a hora y media de Machu Picchu. Estoy en el camino alterno a la ciudadela. Por acá pasaban 800 a 1,000 turistas diarios, pero no había cómo hacer que los turistas paren y consuman. Entonces, ahí vi el té, me enteré de la problemática, vi las plantaciones que estaban en abandono. Vi que las fábricas que querían resucitar no levantaban vuelo. Y dije: esta es una oportunidad. Y me metí de lleno a estudiar el té. Sabemos que en el Perú no hay cultura de té, me tuve que informar con personas que saben, por internet haciendo enlaces con Asia y la India. Así llegué a la idea de hacer el té especial, debido a las condiciones del terreno. Tenemos ocho pisos, los terrenos no son planos, son accidentados y las plantaciones están en esos terrenos, entonces poner maquinaria de recolección sería casi insulso, imposible o más costoso. La única manera que tenemos de cosechar, de tallar la hoja de té, es con la mano. Entonces, hablé con productores, pero solo uno aceptó, de 100; es de un sector más alto, por los 1,950 metros, es el señor Huamán.

-¿Y cómo ha logrado que el Perú, que no se caracteriza por producir té, entré a Europa?

Ha sido el trabajo de muchos años. Con el producto que ya teníamos procesado, hicimos comparaciones con otros productos importados, como de la India. También llegaban turistas apasionados por el té que traían sus tés y así hacíamos la comparación, la cata. Todo ello llevó a hacernos ver que estábamos en buen camino.

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-¿Qué podría diferenciar a este producto?

Las características organolépticas que se manifiestan en taza. Nuestro té tiene la particularidad de sabores cítricos y no está mezclado, es puro por las características de la tierra y la zona. Con sabores de frutas, como naranjas.

-¿Quiénes son los grandes de la industria del té en el mundo?

El té rojo en la China, del que no tenemos conocimiento cómo se hace. En el caso del té negro, es la India. El té verde es en Japón.

-¿Para qué es bueno el té?

Tiene bastantes antioxidantes, sobre todo el té verde. El té negro posee calcio y magnesio, sobre todo. El té blanco tiene bastante catequina, que es buena para combatir las células cancerígenas.

-¿El té que encontramos en una bodega o supermercado de dónde viene?

Ojo, lo que se importa no es té, es un producto que técnicamente se llama BT, que es el producto de una mala recolección que a través de la buena tecnología que tienen los argentinos, que son los que nos proveen a nivel Sudamérica, aditivan el producto: entra saborizante y colorante, y eso es lo que se toma en Perú.

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-¿Qué potencial tiene el Perú?

El té es una planta muy noble, no tiene enfermedades. Sin embargo, acá los productores de té no saben qué hacer, tienen parcelas de té que, inclusive, son muy difíciles de cambiar de cultivo, porque las raíces del té llegan hasta 4 metros; para cambiar su cultivo necesitan maquinaria, porque si le vamos a poner pesticidas o quemar, la planta no muere, es muy noble. De las 2 mil hectáreas que hay, solo tenemos activas 300, las demás están abandonadas. Incluso, usan la planta del té para hacer arreglos florales, están devaluando el té. Entonces, PROMPERÚ y Sierra Exportadora vinieron pero no por mí sino por las cooperativas, pero llegaron y no vieron nada, aunque se enteraron de que yo estaba en el mercado con té especial. Y PROMPERÚ me preguntó si estaba en la capacidad de exportar, y dije que sí. Enviamos el producto y según los análisis en laboratorios acreditados de Europa, si salía bien, procedía; si salía mal, lo devolvían. ¿Imagínate el riesgo? De puro macho dije: ya, vamos. Todos me decían que estaba loco. Y gracias a Dios resultó todo bien. Aunque estamos trabajando con máquinas del año 1930, las actuales son costosísimas. Sin embargo, mantenemos todos los procesos con mucho cuidado. Sería interesante si el Estado puede ayudarme a mejorar todo este sistema productivo.

-¿Usted está solo Germán?

Somos un grupo familiar, pero se puede decir que somos los únicos en el Perú que hacemos té especial. Tenemos que regresar a que la gente valore este producto.

AUTOFICHA:

- “Soy Julio Germán Povea Arredondo, tengo 53 años. Nací en Cusco, en la misma ciudad. Terminé el colegio y debido a la familia, me dediqué al comercio; he nacido en una familia de puros comerciantes. Un corto tiempo estuve en IPAE, pero no logré concluir ninguna carrera”.

- “Trabajo produciendo el té, y estoy haciendo un proyecto de café con mi hermano y vamos a ver cómo resulta, anexaremos los tres productos que tenemos en la provincia: café, té y cacao. Y tengo dos hijos, que ya tienen una cadena de panificadoras con ocho tiendas en Cusco”.

- “Estamos sacando té para el mercado local. Por el tema del precio, sacamos una segunda calidad, pero también sacamos el producto especial en algunas tiendas especializadas para Lima. Sale a granel, aún no tengo una marca empaquetada. Y en esta zona crece una gran variedad de yerbas y frutas”.

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