INFORMACIÓN CLARA. El agua de las cabeceras de cuenca puede contener minerales en estado natural, pero autoridades no lo comunican. (Foto: GEC)
INFORMACIÓN CLARA. El agua de las cabeceras de cuenca puede contener minerales en estado natural, pero autoridades no lo comunican. (Foto: GEC)

Hace tan solo dos semanas, la titular de la Mirtha Vásquez, anunciaba el cierre de cuatro minas en por medio de la firma de un acta en la que también disponía el inicio de un plan piloto de delimitación de cabeceras de cuenca.

“La -ANA priorizará la implementación del marco metodológico sobre la identificación, zonificación y delimitación de cabeceras de cuenca en las provincias Parinacochas, Lucanas y Paucar del Sara Sara, como el proyecto piloto a nivel nacional”, se lee en el documento suscrito por Vásquez.

Además, la premier aseguró que “las cabeceras de cuenca son ecosistemas delicados que proveen de agua a los territorios” y que por ello habían acordado con autoridades y dirigentes “medidas para protegerlas de la contaminación”, en alusión al impacto que puede tener la actividad minera circundante en la presencia de metales en el agua.

Si bien hace décadas podía observarse casos de contaminación en las fuentes de agua, la realidad hoy es distinta, según el ingeniero minero Rómulo Mucho. Esto se debe a que, salvo contadas excepciones, la minería moderna aplica sistemas de recirculación de agua e insumos para tener procesos más eficientes.

“La minería obviamente utiliza el agua con relativos químicos, pero por eso se trata, se purifica y se opera dentro de los estándares exigidos. En la costa, generalmente el agua se está reciclando totalmente, como es el caso de Cerro Verde o como hará Mina Justa. Ya no se desecha, se recicla”, explica.

Sin embargo, todo lo mencionado no evita que existan ocasiones en las que se escuche o detecte casos de fuentes de agua con presencia de metales en zonas mineras e incluso en locaciones donde esta actividad no está presente. ¿Qué relación existe entre la minería y los metales que se encuentran en estas fuentes?

Presencia natural

Mucho explica que es natural observar que en suelos con alta presencia de metales existan fuentes de agua con partículas de los mismos en mayor proporción que en locaciones donde tales metales no abundan.

Por ello considera importante que las autoridades transparenten el porqué de la presencia de ciertos metales en las fuentes de agua.

“Todas las aguas que pasan por la cordillera tienen metales pesados, algunas veces en mayor concentración y otras en menor concentración. Eso se detecta en el estudio de impacto ambiental (EIA)”, comenta el ingeniero.

Una opinión similar tiene el ingeniero metalurgista Arturo Berastain, quien fue presidente del capítulo de metalúrgica del Colegio de Ingenieros de Lima, y que explica que muchos ríos y fuentes de agua tienen presencia de metales bajo condiciones naturales.

“En las aguas del río Camaná, donde no hay minas, tienen arsénico. En Huarmey hay presencia de manganeso, en niveles altos. En Ica, el agua que sacan del subsuelo para regar tiene exceso de iones y eso está limitando la producción de espárragos”, explica.

Otro caso es el de la mina Poderosa, de donde supuestamente sale arsénico. “No es que en la mina disuelvan el arsénico. El arsénico está como metal (en la zona), pero el trabajo de las bacterias hace que se rompa su estructura y salga el arsénico. A pesar de eso, luego dicen ‘para qué abrieron las minas’. Eso iba a salir por cualquier lugar”, señala.

También recuerda el caso de una mina en Huaraz: “En Nueva California, en Huaraz, que ya ha cerrado, el agua pasa por el mismo cerro por zonas mineralizadas y va lavando. Sale arsénico, antimonio, puede salir un poco de cobre, y fierro”. El problema en el caso de la mina, agrega, fue que, a pesar de que la presencia de los metales era de origen natural, las autoridades y dirigentes de la zona acusaban a la operación de la contaminación al ver la presencia de metales en las muestras de agua.

“Tomaban muestras y acusaban a la mina de contaminar. Un día invadieron todo, se paralizó todo, pasó el tiempo, el dueño falleció y 250 personas (que trabajaban en la operación) terminaron en la calle”, señala el metalurgista.

MÁS COMUNICACIÓN

Para Berastain, al igual que para Rómulo Mucho, las situaciones descritas podrían evitarse parcialmente si hubiera mayor claridad e información sobre el porqué de la presencia de metales en ciertas fuentes de agua, una labor que les corresponde a las autoridades del Estado. “El Ministerio del Ambiente y los gobiernos regionales tienen la información sobre cómo se hacen los estudios. La información sobre el agua y su calidad sí existe, y la tienen los ministerios”, comenta Berastain.

Por otra parte, Mucho recuerda que la ANA debería encargarse de cumplir con tal cometido, apoyándose en las autoridades administrativas y locales del agua.

“Estas son responsables sobre transparentar el adecuado estado de las fuentes de agua, al igual que Digesa y Diresa. No solo ellos, también el Osinergmin. Hoy alguna persona que detecta que el agua está contaminada debe acudir a estas autoridades para que se acerquen a muestrear lo que tienen. Hoy, las empresas tienen mucho cuidado. Antes se contaminaba, pero hoy ya no”, aseveró.

Tenga en cuenta

Berastain considera que actualmente se está incurriendo en una politización del debate sobre el impacto de la minería.

“Estos temas deben despolitizarse y quienes hablen deben hacerlo desde el punto de vista técnico, con la verdad. Necesitamos organismos que manejen las cosas técnicamente. Si una mina está impactando (negativamente), que le caiga todo el peso de la ley. ¿Pero si no es así y están trabajando bien, por qué hacerles problema? Además, en nuestro país, la economía depende mucho de la minería”, remarcó.