¿En qué fondo mutuo me conviene invertir?

Es una de las preguntas más comunes entre quienes buscan hacer crecer su dinero. Sin embargo, esperar una respuesta universal podría ser un error. La clave está en el trabajo previo que cada inversionista, junto a su asesor deben realizar para entender su situación, metas y tolerancia al riesgo, mencionó Antonio Cevallos, director de la Asociación de Fondos Mutuos.

Fecha de publicación: 31/01/2025 – 9:26

Por Antonio Cevallos
Director de la Asociación de Fondos Mutuos
Gerente General en BBVA Asset Management

Es una de las preguntas más comunes entre quienes buscan hacer crecer su dinero. Sin embargo, esperar una respuesta universal podría ser un error. La clave está en el trabajo previo que cada inversionista, junto a su asesor deben realizar para entender su situación, metas y tolerancia al riesgo.

El primer paso es saber por qué se está invirtiendo. Las metas serán la brújula que guíe las decisiones. Algunas de las metas más comunes son ahorrar para la cuota inicial de una casa, pagar en el futuro la universidad de los hijos o construir un fondo de largo plazo para la jubilación.

Como segundo paso se debe establecer el horizonte de inversión. Definir si el objetivo es a corto, mediano o largo plazo: Normalmente corto plazo se define como inversiones de menos de un año, mediano para plazos de 12 a 36 meses y largo para aquellas inversiones que se quieren realizar a más de 3 años. Este horizonte influirá en las estrategias y activos a elegir.  Por ejemplo, una meta de corto plazo puede requerir inversiones más líquidas y seguras (cash) , mientras que una de largo plazo permite asumir mayores riesgos para buscar mejores rendimientos, como acciones.

En tercer lugar, se debe conocer el perfil de riesgo. Cada inversionista tiene una tolerancia diferente al riesgo. Se puede simplificar en tres tipos de perfil: conservador es aquel que prefiere estabilidad sobre grandes rendimientos. Un perfil moderado es aquel que acepta cierto riesgo para equilibrar rentabilidad y seguridad y un agresivo es aquel que busca altos rendimientos y está dispuesto a soportar volatilidad.

Como cuarto paso, se construye un portafolio diversificado en base a la información recolectada en los pasos anteriores. Por ejemplo, un portafolio diversificado moderado podría contener un 50% en renta fija, 30% en renta variable y un 20% en instrumentos de alta liquidez (cash). La diversificación ayuda a reducir riesgos y maximizar oportunidades de rendimiento.

Finalmente, y como último paso se eligen los fondos mutuos adecuados para construir dicho portafolio.  En este paso es importante elegir a una institución con buena reputación y respaldo en el mercado.

Invertir con éxito requiere orden, disciplina y una metodología clara. No se debería obviar ningún paso y, si es necesario, consultar con un experto. Las decisiones informadas no solo protegen tu dinero, sino que también aumentan tus posibilidades de alcanzar tus metas financieras. Invertir es más que elegir un fondo; es construir un plan que refleje tus metas, necesidades y capacidad de asumir riesgos.

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