La amenaza que se asomaba sobre la y el turismo en la zona se desvaneció ayer con una resolución que emitió el .

Con la disposición se desaprobó la Modificación del Estudio de Impacto Ambiental detallado (MEIA), que propuso el Consorcio Terminal Portuario Paracas y que implicaba construir un almacén de concentrados de minerales, entre otras estructuras, en el .

La desaprobación se da luego de que el titular del proyecto no pudiera levantar 33 observaciones de un total 277 que hicieron el Senace y las 11 entidades públicas que participaron como opinantes técnicos”, menciona.

Dos de las cuatro observaciones principales son la falta de claridad respecto a la cantidad de vehículos que se movilizarían al día y que el consorcio “no analiza los impactos acumulativos respecto a la pesca artesanal y el turismo, a pesar de ser actividades directamente relacionadas con el proyecto”.

la construcción del almacén había preocupado a los ciudadanos de Paracas y a empresas turísticas, pues el temor era que los fuertes vientos de la zona esparcieran el polvo de los minerales y terminaran afectando la biodiversidad.

Turismo y biodiversidad
Luego de conocerse la decisión del Senace, el biólogo y director de Mundo Azul, Stefan Austermühla, comentó que la decisión es una victoria a favor de la biodiversidad y turismo.

“El alto riesgo era que durante 30 años se recibiera, cada año, entre 600 mil y un millón de toneladas de concentrados de minerales en una cadena de traslado que nunca puede ser absolutamente hermético”, precisó a .

Por otra parte, el consorcio informó que harán una rigurosa revisión de las observaciones que generaron la desaprobación del MEIA.

“Posterior a dicha revisión, evaluaremos cuál será la mejor decisión a tomar para continuar con este proceso que solo busca darle los más altos estándares de manejo medioambiental al terminal”, resaltó en un comunicado.

Datos
El Senace también observó no haber considerado en el estudio “los criterios ambientales y sociales sobre al propuesta de ubicación del almacén” y no haber evaluado, en algunos casos, el impacto de la operación en la fauna silvestre protegida.

El organismo de certificación ambiental advirtió que “las medidas de manejo no presentaron indicadores medibles y cuantificables” que pudieran ser supervisados.