“La torpe reacción del Ejecutivo para mitigar el golpe económico causado por la pandemia dejó un saldo de 6.7 millones de peruanos desempleados”.
“La torpe reacción del Ejecutivo para mitigar el golpe económico causado por la pandemia dejó un saldo de 6.7 millones de peruanos desempleados”.

La torpe reacción del Ejecutivo para mitigar el golpe económico causado por la pandemia dejó un saldo de 6.7 millones de peruanos desempleados. Ante ello, el Ministerio de Trabajo informó que tiene programado generar –quién sabe cuándo– 250 mil empleos temporales, equivalentes al 4% de los destruidos, a tres meses y medio de terminar el año.

Este tipo de anuncios, que a primera vista parecen una buena noticia, no son ni por asomo una solución de fondo a nuestros problemas, lo que se debe a que Martín Vizcarra no tiene la menor idea de cómo reactivar la economía y generar trabajo. Lo lamentable es que no se tiene que hacer nada del otro mundo.

Por ejemplo, se tiene que apostar por generar un shock de inversión privada. Para ello, se debe simplificar de manera agresiva la enorme carga burocrática, que nos ubica en el puesto 128/141 en relación con la “facilidad que tienen las empresas para realizar trámites en el país” (WEF), lo que aumentaría nuestra competitividad, atraería capitales y haría que la economía empiece a traccionar.

También, podría simplificar la contratación en el Perú, ya sea reduciendo los altísimos costos laborales, eliminando la reposición por despidos arbitrarios, creando un régimen laboral de emergencia o lo que sea, ¡pero que haga algo! Nuestro país se ubica en el puesto 134/141 respecto a la “facilidad para contratar y despedir” (WEF); y si esto no cambia, los ciudadanos que perdieron sus empleos estarán condenados a ser informales para subsistir.

Si Vizcarra insiste en no apostar por el sector privado para reactivar la economía, todos los peruanos la vamos a pagar muy caro, pero sobre todo los más pobres.

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