Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos. (Foto: AP)
Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos. (Foto: AP)

El desempleo cerca de un mínimo de 20 años parece pedirle a gritos a la Reserva Federal () de Estados Unidos que suba las tasas de interés para no recalentar la economía, mientras el mercado de bonos próximo a un estado que suele preceder a una recesión le plantea al banco central el dilema de no avanzar tan rápido.

La decisión de a cuál de los dos factores prestará más atención la FED se conocerá la semana que viene, cuando se reúna el comité que define la política monetaria estadounidense.

El camino que sigan comenzará a definir si el presidente del banco central, Jerome Powell, diagrama una era de pleno empleo sostenida y sin recesión, o arruina la fiesta con aumentos en las tasas de interés difíciles de digerir para la economía.

Una investigación del equipo de la Reserva Federal y las propias observaciones de Powell parecen otorgar más peso a los riesgos de los mercados laborales extremadamente ajustados, lo que podría significar un cambio en las perspectivas de las tasas de la FED y un tono más duro en su retórica.

Los miembros de la FED han sugerido que aplicarán un alza de tasas de un cuarto de punto porcentual en la reunión de martes y miércoles de la semana que viene. Los inversores esperan ese incremento, más otro en diciembre.

El presidente de la FED de Nueva York, John Williams, consideró que las condiciones actuales de crecimiento continuo, creación de empleo constante e inflación modesta y cercana a la meta “no podrían estar mejor” para que prosigan los aumentos graduales de tasas iniciados por la ex presidenta Janet Yellen.

Pero será la FED de Powell la que decida cuánto más lejos y más rápido ir. El lenguaje del comunicado de la FED, los nuevos pronósticos al 2021 y la conferencia de prensa de Powell tras el encuentro marcarán su camino hacia una coyuntura crítica en la que dos hechos históricos han comenzado a chocar.

Por un lado, más alzas de tasas podrían llevar el rendimiento de la deuda del Tesoro a corto plazo por encima del de los títulos a largo plazo, revirtiendo la naturaleza habitual del mercado de deuda de recompensar a los inversores que comprometen dinero por más tiempo. Esa inversión del diferencial de retornos suele indicar que se avecina una recesión.

Por otro lado, la tasa de desempleo, actualmente del 3.9%, está empujando sus propios límites históricos. El “pleno empleo” generalmente se considera en torno al 4.5%. Desde la década de 1960, la tasa de desempleo ha caído por debajo de ese nivel y se mantuvo allí de forma sostenida solo una vez, por 31 meses entre noviembre de 1998 y mayo de 2001.

Ese período terminó con una breve recesión que comenzó en la primavera boreal, con el aumento de las tasas de la FED y el colapso de la llamada burbuja de las acciones tecnológicas.

En las últimas semanas, el gobernador Lael Brainard y el presidente de la FED de Chicago, Charles Evans, han dicho que el banco central podría necesitar ser “restrictivo” en los próximos meses.

Otros, más inclinados a los aumentos de tasas, como el presidente de la FED de Boston, Eric Rosengren, han redoblado su apuesta señalando que la Reserva Federal nunca ha elevado con éxito el desempleo de un nivel súper bajo a uno más sostenible.

Fuente: Reuters