Diego Macera, economista, afirma que el Perú recién recuperaría su estabilidad económica en 2022.

El gerente del IPE, , hace un balance de las medidas económicas adoptadas por el Gobierno durante la cuarentena y explica qué pudo hacer mejor el Ejecutivo para atenuar la crisis que ahora enfrentamos

El Gobierno dio inicio a la fase 2 de la reactivación económica durante la pandemia. ¿Qué se puede resaltar u observar?

La dimensión de las medidas es bastante mejor que lo que había en la fase 1 y más allá del número y la cantidad de sectores a reactivarse vale la pena resaltar que se han simplificado algunos procesos para el reinicio de operación. Nos estamos alejando de esta idea más controlista y burocrática que te exigía tener un permiso previo para empezar a operar, (...) aunque mantengo un espíritu crítico a la estructura de reapertura económica, en donde se pone a todos los sectores económicos en una lista y empiezas a decidir este sí, este no. Otra manera de hacerlo hubiera sido presentar el protocolo de salud; si la empresa puede cumplir con el protocolo, empieza a operar; si no cumple, le cae una multa, pero se pudo empezar excluyendo actividades con riesgo adicional -conciertos, cines, teatros, etc- y que todo lo demás funcione cumpliendo con las reglas. Quizás eso hubiera sido más eficiente.

Considerando la fase 1, hasta el momento se reactivaron 81 actividades económicas. ¿Cree que es suficiente para que el país empiece a recuperarse?

Cuando se hace una lista de sectores, siempre se van a quedar algunos afuera y no tendrían por qué, como las personas asociadas al rubro construcción. La actividad puede tener autorización pero el proveedor de mi proveedor todavía no puede operar, ese es el problema de ver a la economía como casos aislados cuando en realidad funciona como un cuerpo humano. (...) Estamos haciendo experimentos, es como decidir que en mayo empezará a operar la cabeza y el corazón, y en junio lo hará el estómago y los riñones, y en agosto sucederá con los sistemas circulatorio y nervioso. Así no funciona el cuerpo humano y tampoco la economía. Felizmente ya vamos soltando las cosas con la fase 2, pero mi impresión es que seguimos con este pecado original.

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¿Es real que la economía operó al 44% durante la fase 1, como lo señaló la ministra del sector, María Antonieta Alva?

Sí, en el IPE tuvimos estimados similares, que el funcionamiento de la economía estaría entre 45% y 50% durante las semanas más duras de cuarentena, entre finales de marzo y abril. La primera quincena de mayo fue complicada, y a partir de la segunda quincena empezamos a ver indicadores económicos que se reactivaron. La expectativa es que esto agarre más tracción en junio. El tema, en realidad, es que nos hemos demorado bastante en arrancar y puesto en un contexto regional es complicado justificar. Estamos calculando una caída anual de 15% del PBI que es durísima. Pero nos manejamos bajo ciertos supuestos: uno, si el virus no tiene un rebrote significativo hacia la segunda mitad del año; dos, si la cuarentena no se alarga y que las medidas del gobierno, mal que bien, avancen en la ruta que debería; y tres, que los riesgos políticos de este año y las elecciones del 2021 sean agotados. (…) Los peruanos merecemos una explicación de por qué nuestro PBI cae cuatro veces más que el de otros países de la región. Brasil caerá más o menos 6%, Chile 5%, Colombia 4% y nosotros 15%. Ya se hizo mucho daño económico, la idea es no seguir arrastrándolo.

Pero en Brasil prácticamente no hubo cuarentena, y en Chile se aplicó esa medida mucho después que en Perú.

La naturaleza de la cuarentena tiene parte de la explicación. La cuarentena es bien larga, tuvimos estas diez semanas y la actividad económica demoró en empezar. La duración de la cuarentena ha sido uno de los motivos y lo otro es que ha sido muy estricta, se permitió muy poco. En el Perú, de enero a abril, la minería cayó 18%; en Chile, que no está libre del virus, el cobre subió 4% en ese mismo periodo. Allá se permitió la actividad minera con protocolos, igual que en Australia y Canadá. En Perú hemos mantenido cerrada la actividad por más tiempo. Tenemos, entonces, que la cuarentena ha sido larga, estricta y aplicada en todo el territorio nacional. En la mayoría de países el aislamiento se trabajó a nivel de regiones.

Eso era lo que se pedía al Gobierno, que se reactiven regiones donde el coronavirus ya no era letal.

Correcto. Recién en esta fase se están haciendo diferencias significativas en el tratamiento regional. Antes, la única diferencia que había en la cuarentena eran los horarios que se aplican en algunas regiones, cosas muy menores. (…) Yo insisto en que acá debe haber una explicación seria porque esta situación está haciendo y va a hacer mucho daño.

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La ministra Alva dijo que con la fase 2 se reactiva el 83% de la economía, ¿eso es exacto? Otros economistas señalan que lo que se ha reactivado es el 83% de las empresas, que no es lo mismo.

Lo que se está haciendo ahora es contabilizar el peso de los sectores. Pero acá el problema será de demanda. En este tiempo las empresas han sufrido problemas de oferta, es decir, no han podido producir como lo hacían antes porque un decreto se lo impide; hay otras que están autorizadas, pero sus trabajadores no pueden llegar a trabajar; y por otros motivos. Más allá de que tengas el permiso para operar, si antes podías producir cien hoy solo puedes producir ochenta. Aunque a lo que vamos a enfrentarnos será a un problema de demanda; es decir, ahora quién compra los productos. (…) No es muy claro si reactivamos 80% u 85% porque va a depender de cuánto pueda producir la empresa en este contexto.

María Antonieta Alva, ministra de Economía, estima que un 83% del PBI se reactivara. (Foto: GEC)
María Antonieta Alva, ministra de Economía, estima que un 83% del PBI se reactivara. (Foto: GEC)

¿Ya hay una estimación de cuánto caería la economía en abril y mayo? En marzo se registró -16%, según el INEI.

En abril la caída será probablemente el doble en relación a marzo, entre el 30% o 35%. Abril será el peor mes. En mayo ya vimos un nivel de reactivación así que será mejor que abril, todavía todo en negativo eso sí. No me atrevería a dar una cifra.

¿Cuándo se podría tener una recuperación de la economía?

Estimamos que para finales del 2021 ya deberíamos tener un nivel de actividad económica similar al que teníamos en 2019. Durante el 2022 estaremos en un punto parecido al 2019, aunque no en condiciones similares. Pero ojo, esto se cumplirá, como ya lo dije antes, si no se registra un rebrote significativo del COVID-19, que la cuarentena no se alargue mucho, que las medidas de reactivación caminen por buen rumbo, y que el riesgo político no nos golpee.

¿Y cómo sería estar en un escenario de 2019? ¿El PBI creciendo 2%?

Ojalá. No hemos proyectado el 2022, sino a 2021. En ese año tendremos igual un rebote de dos dígitos. La expectativa es que en 2022 estemos en positivo.

El Fondo Monetario Internacional aprobó un crédito al Perú por 11 mil millones de dólares. ¿Eso quiere decir que desde el extranjero nos miran con confianza pese a la pandemia?

Sí, los mercados internacionales miran al Perú con mucha confianza al ser uno de los países emergentes. Lo del FMI es una garantía, no significa que nos estemos endeudando por esa cantidad de plata, pero tener esa línea nos ayuda a mantener nuestra posición financiera. Pero ha habido un primer llamado de atención por parte de la calificadora Fitch.

Fitch bajó la calificación al Perú y ahora lo ubica como un país más riesgoso en términos económicos. ¿Cómo se lee esto? ¿Por un lado nos dan confianza y por otro no?

Yo no exageraría el impacto. Sí es una llamada de atención y tiene que ver con la capacidad que pueda tener el Perú para pagar deudas en el futuro. En términos generales el Perú sigue siendo con Chile el país más sólido de la región. Nuestro déficit fiscal será muy duro este año y esto te va a volar el límite de 30% sobre el PBI. Esta llamada de atención es para advertirnos que no podemos estirar la pita infinitamente. Pero más allá de cuánto estemos pidiendo a los mercados internacionales, es relevante saber cuál será el destino de esos recursos. (…) Lo otro es ver el camino creíble para regresar a un déficit fiscal más razonable. Las medidas no se pueden extender más allá del periodo de emergencia. Hoy pueden estar justificadas porque estamos en emergencia, el riesgo es que estas se extiendan más. Cuando se regrese a la normalidad ya se deben ir desactivando.

¿Cómo ve que ha actuado el Gobierno en materia económica? ¿Cómo califica el desempeño de la ministra Alva?

Desde el MEF se ha hecho un buen trabajo, se han impulsado varias reformas positivas y en línea con lo que la economía y el sector privado demandaba. En otros ministerios sí han habido demoras. Desde el Ministerio de Salud, Producción o Trabajo no se ha compartido esta perspectiva de la importancia de la reactivación. Hemos obviado mucho a la economía informal, está bien hablar de la reactivación, pero si este es un problema de salud debemos enfocarnos donde está la mayor cantidad de gente, porque este es un tema de gente. No se ha puesto atención a cómo vamos a reactivar la economía si el 70% de la PEA es informal y debemos poner atención ahí.

“Intereses políticos hacen daño”

Desde el Congreso se ha impulsado un proyecto para evitar los despidos durante la cuarentena. Incluso ya fue aprobado en la Comisión de Trabajo, ¿qué consecuencias traería para la economía si se promulgara?

Esto es una muestra de falta de entendimiento profundo sobre cómo funcionan las empresas y la economía en general. A veces se piensa en regular cosas que no gustan y se cree que con prohibirlas ya se solucionó. (…) la economía no funciona con reglas desde el Legislativo sino con las reglas del mercado. Con una ley así se pone en riesgo la permanencia de una empresa porque la estás obligando a mantener trabajadores que no puede tener. Los empleadores no están felices despidiendo trabajadores capacitados, nadie quiere sacar a trabajadores que les tomó años capacitar. Si un empleador toma la decisión de separar a un trabajador, probablemente es porque está en una situación económica difícil. Si fuerzas a la empresa, lo que estás haciendo es poner en riesgo el trabajo de todo el resto; por proteger el empleo del 10% o 20% pones en riesgo el trabajo del 90% u 80% porque la compañía quizás ya no pueda continuar operando.

Pero también tenemos normas populistas, como la suspensión de cobro de peajes y el retiro de AFP, ¿cuánto daño hacen estas leyes a la estabilidad económica?

No creo que haya espacio para la destrucción masiva de la economía, pero algunas bancadas están aprovechando para erosionar algunas bases y esto hace mucho daño a las posibilidades de recuperación económica. Mientras de afuera vean que en el Congreso no se sabe para dónde va es más difícil que te presten dinero en momentos de crisis. Lo que preocupa es llegar a un escenario electoral en donde esta discusión sea la norma. Poner intereses políticos delante hace mucho daño.

¿Se podrán recuperar estos empleos perdidos?

Sí, en la medida que la economía vuelva a tomar un rumbo, hacia finales de este año ya deberíamos ver un quiebre positivo. Volveríamos con la recuperación de empleos, pero quizás no en todos los sectores, ya que habrá una reinversión de actividades. El capital del turismo quizás deberá recolocarse en otro tipo de actividad económica. Habrá movimientos internos definitivamente, las crisis pasan, el objetivo es que esta crisis pase con el menor daño posible.

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