
Los protocolos sanitarios están en boca de todos desde hace algunos días, pero ya habrían estado entre los planes de las empresas desde mucho antes, pues el 80% de las empresas formales ya contaría con estándares para proteger a sus trabajadores en el entorno laboral de COVID-19.
Esta es la realidad según una encuesta de la corredora de seguros Marsh. Las medidas consisten en procesos para mantener el distanciamiento social, usar equipos de protección, promover hábitos de higiene y garantizar un ambiente laboral inocuo.
A través de un reporte de la encuesta, Marsh precisa: “Entre las medidas priorizadas encontramos la limpieza y desinfección con mayor frecuencia/rigurosidad, entrega de mascarillas a trabajadores y restricción temporal de reuniones o actividades grupales presenciales”.
Tales medidas no han evitado que las compañías planifiquen un reinicio de actividades cauteloso, pues solo el 5% tiene planificado que la totalidad de sus planillas se reincorporen a su ambiente de trabajo.
A ello se suma que una vez que se levante la cuarentena obligatoria, cerca del 60% de las encuestadas permitirá que solamente se activen las áreas críticas de la compañía.
Alto rigor
Akio Murakami, gerente central de Salud y Beneficios de Marsh, explica a Perú21 que la cautela de las compañías que mantienen operaciones activas se refleja en el tipo de protocolos que adoptan.
“Las empresas están siendo muy rigurosas con el cuidado de la salud, no solo se ciñen a lo que exige la ley, sino buscan mayores estándares de seguridad y salud”, comenta.
Para el ejecutivo, la efectividad de los protocolos radica en que se pueda entender la actividad del trabajador, tanto fuera como dentro de la empresa: “Es importante que se pueda entender toda la rutina que realiza el trabajador, desde que sale de casa, el traslado, las actividades y hábitos familiares, buscando participar en el cuidado y educando y sensibilizando”.
Los desafíos
Si bien existe una alta preparación entre las empresas, también hay retos pendientes. Uno es la necesidad de mejorar la identificación del personal que convive con personas vulnerables al COVID-19 y el otro en ampliar la protección de la salud metal de los colaboradores.
“Es necesario prestarle atención a la salud mental de los trabajadores. Esto es cómo el impacto del confinamiento, la presión de responsabilidades familiares y laborales, incertidumbre por estabilidad laboral y financiera, les ha podido estar afectando”, afirma Murakami.
Tenga en cuenta
-Marsh recomienda a las empresas que evalúen las preocupaciones financieras de los trabajadores. Si bien la crisis limita el campo de acción, estos podrían recibir asesorías para maximizar el uso del dinero.
-Murakami sugiere aplicar programas de evaluación de la salud mental y manejo de estrés y ansiedad; fortalecer canales de comunicación.
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