Redacción PERÚ21

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Cuando Ysabel Canchero se enteró de que su empresa sería reconocida como un emprendimiento exitoso, sintió que se congelaba. “No lo podía creer”, cuenta. Los negocios relacionados con la eliminación de plagas no suelen acaparar la atención mediática. Pero a veces, aportar al desarrollo de la agricultura puede ser muy valorado.

A pesar de tener solo poco más de siete años en el mercado, Biorganic, la empresa que Ysabel y su esposo impulsan, se hizo conocida entre los agricultores de Ica, en distritos como Cañete, Chincha y Pisco por emplear huevos de avispa para el control de plagas. Ello le hizo ganar el primer puesto en la categoría Producción al Premio Citi Microempresa.

Otra pieza clave del éxito, según la empresaria, fue velar por el desarrollo de su sector. Por eso, cuando se le preguntó qué recomendaría a los participantes del próximo año, dijo: “Trabajar correctamente por el bienestar de la agricultura”.

Así como Ysabel y Biorganic, otros siete emprendedores fueron premiados en diferentes categorías por su buena gestión empresarial, destacando casos de microempresarios que priorizaron principios como la integridad y la responsabilidad financiera.

El máximo galardón fue otorgado en Moquegua a Grisveli Torres, quien recibió el premio Empresario del año. Ella y ocho asistentes dan vida a Nutrivet, una empresa que produce alimentación para animales de granja con insumos naturales.

Parecido es el caso Zacarías Contreras de 46 años, que con su comercializadora San Miguel, ha logrado posicionar la actividad de reciclaje en la ciudad de Abancay como un negocio boyante y con mucho potencial.

Ambos son prueba de que los negocios que colocan el bienestar de sus comunidades como prioridad son los llamados a desatacar.

DATO
- El uso de huevos de avisa permitió a los clientes de Biorganic prescindir de algunos productos más costosos o con mayor impacto medioambiental.

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