No es novedad que luego de ser restaurados, los inmuebles antiguos suelen elevar su valor. Sin embargo, si se trata del precio del suelo donde están las casonas recuperadas alrededor de la , el incremento del precio ha sido “entre un 30% y 40%”. Así lo comenta la arquitecta del Centro de Investigación, Documentación y Asesoría Poblacional (Cidap), Silvia de los Ríos.

El trabajo de restauración, que fue realizado como una iniciativa privada de Arte Express, también se puede observar en alguno edificios cercanos a la plaza San Martín, y es considerado parte del progreso de la recuperación de esta parte de la capital. Sin embargo, la recuperación del Centro Histórico y su revalorización no se limita a las calles que rodean el Jirón de la Unión.

Iniciativas insuficientes
Si la perspectiva se amplía, explica De los Ríos, el trabajo de revalorizar el patrimonio involucra la casi titánica tarea de recuperar inmuebles en unas 400 manzanas, incluyendo zonas como Barrios Altos.

Para la especialista, la inversión privada es un actor que está contribuyendo en esta labor, pero no es suficiente. Hace falta políticas que permitan restaurar casonas que por diversos factores no son atractivas.

“(La municipalidad) tiene que analizar su intervención desde los recursos públicos que tiene. Si no los tiene, debe evaluar cómo realizar una negociación abierta con entidades como el , que tiene años proponiendo una oferta crediticia blanda para poder revitalizar (el Centro Histórico)”, explica a Perú21.

Una opinión similar tiene Gustavo Riofrío, urbanista del Lincoln Institute y Desco, quien destaca que el mejoramiento de los predios cercanos a la plaza Dos de Mayo ha permitido atender “un emblema de la ciudad”.

Pese a ello, aclara que el trabajo de rescatar el patrimonio de forma aislada soluciona solo parte del problema: “Una cosa es mejorar unas viviendas de patrimonio y otra cosa es hacer renovación urbana. Lo que Lima necesita son procesos de renovación urbana”.

Para ello se requerirían políticas que permitan recuperar inmuebles menos atractivos para los inversionistas porque si se los deja de lado, se puede afectar el proceso de recuperación del Centro Histórico.

“Si yo recupero una vivienda o patrimonio y dejo las demás sin tratar, eso no va a ser útil (...). Nadie quiere mudarse a un predio magnífico si al costado hay uno que no lo es”, señala.

El problema también implica el orden y las prioridades al momento de recuperar los predios. 

"En este momento se está discutiendo la posibilidad de expropiar 10 viviendas entre la Plaza de Acho y el Jirón Trujillo con fines de renovación urbana, pero ahí hay más de 27 solares que necesitarían lo mismo. Entonces la pregunta es cuáles se quedan sin atender", comenta.

Alternativas a la vista
Parte de la solución, según Riofrío, implicaría dar cabida a políticas que también se enfoquen en recuperar los predios que son menos atractivos para el mercado.

"Si queremos tratar una cantidad significativa de predios, tenemos que hacer un balance entre lo que podríamos llamar los predios hueso y los predios carne. La iniciativa privada solo va a escoger la carne. Pero si la ciudad se queda con todos los huesos no va a haber renovación urbana (...). Tenemos que favorecer la inversión privada en una perspectiva que tratemos todo el tejido urbano, no solamente el predio que sea carne", explica el urbanista.

Para poder realizar semejante trabajo Lima necesitaría, según Silvia de los Ríos, un Plan Maestro que se enfoque en la recuperación del Centro Histórico y que permita planificar la restauración y trabajar al detalle el patrimonio en riesgo. 

La buena noticia, de acuerdo con la especialista, sería que este documento ya habría sido elaborado por Prolima y se encontraría en manos del Ministerio de Cultura para su eventual evaluación. Hasta entonces, el Centro Histórico  mantendrá su espera.