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El último infome publicado por el BCR señala que, en 2014, se remitieron US$2,639 millones en remesas, cifra que representa un descenso de US$149 millones frente a lo enviado el año anterior (US$2,707 millones) y el 2012 (US$2,788 millones).
Al respecto, expertos señalan que este contexto se asocia a la mala situación económica por la que atraviesan los principales países desde donde se envía el dinero. Las remesas son transferidas principalmente desde Estados Unidos, España, Japón, Italia, Chile y Argentina.
El BCR, en el 2012, señaló que las remesas desde España habían caído en 10% (389 millones de dólares), mientras que las de Italia se redujeron en 4.5% y las provenientes de Japón 3.9%.
Las remesas, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), se destinan a gastos del hogar (alrededor de 66%), educación (21%) y solo el 5% se dirige a ahorro e inversión en negocios productivos.
Respecto a cómo afecta la disminución del envío de remesas al país, Carlos Aramburú, catedrático de la Facultad de Economía de la Pontificia Universidad Católica del Perú, considera que, si bien estas cifras son importantes al constituir un volumen de ingresos importante para la reactivación del consumo, el hecho de que no sea destinado a la inversión o a lo productivo no afecta la economía del país de manera significativa.
No obstante, Aramburú manifiesta que, al haber una disminución del envío de remesas, se desaceleraría el consumo de productos básicos en sectores mediourbanos, principalmente.
